martes, 20 de noviembre de 2012

Reseña de "La imagen pornográfica" y "Patologías de la imagen" de Román Gubern

La imagen conflictiva


Tras leer de un tirón La imagen pornográfica y otras perversiones ópticas (Anagrama, 1989, ampliado en 2005) y Patologías de la imagen (Anagrama, 2004), ambos de Román Gubern, me doy cuenta de que ambos libros forman un díptico. Se trata realmente de un estudio en dos volúmenes en los que a menudo, sin utilizar las mismas palabras, el autor se refiere a idénticas conclusiones personales e incluso pone los mismos ejemplos. También me parece que ninguno de los dos títulos es adecuado, si bien ambos resultan llamativos, por polémicos, de cara a un potencial comprador.


En realidad, La imagen pornográfica tan sólo habla de la pornografía en su primer capítulo y Patologías de la imagen (que el autor se había planteado titular con el cursi título de Examen de algunas sociopatologías de las imágenes figurativas) realmente no trata de enfermedades, sino de imágenes que han resultado conflictivas y han causado o bien polémica o bien censura o incluso condenas y la muerte a sus autores. En ambos casos el autor analiza estas imágenes conflictivas desde el punto de vista sensorial y psicológico.

Así, Gubern divide el segundo de sus libros en varios capítulos en los que, fundmentalmente, hace cuatro distinciones en cuanto a estas imágenes problemáticas: cuando el problema proviene de una falsificación, cuando el problema es de tipo religioso (aquí dedica un capítulo a todas las religiones y otro específicamente a la religión cristiana con su problemática concreta), cuando este se debe a la sexualidad y cuando se debe a la política. Lo mismo hace en el primero de ellos, con la salvedad de que la parte política la divide en dos capítulos (uno para el nazismo y otro para el comunismo) y añade un capítulo dedicado a la representación de la crueldad.



Se trata de dos libros muy interesantes, documentados, razonados y de fácil lectura, en los que Gubern saca sus fuentes tanto de la alta cultura como de la prensa, del cine, del arte de todo tipo… Hay que decir que este hombre, que no llega a los ochenta años, es una verdadera enciclopedia andante, que atesora un conocimiento fenomenal, mayor que el de cualquier base de datos, sólo que además no se queda en el mero hecho de recopilar datos, sino que sabe ir hasta el fondo de la cuestión, haciendo conexiones tanto culturales como psicológicas.

La imagen pornográfica en concreto relaciona el cine porno con el de terror, una relación que a mí, como aficionado al género terrorífico, ya se ma había pasado por la cabeza (recuerdo haber hablado sobre esto con mi amiga la historiadora del arte Cristina Oliveira). Según Gubern, esta parte de su estudio le dio la idea a Alejandro Amenábar para su primera película, Tesis, y a mí me ha motivado a leer más sobre el tema. Empezaré tratando de conseguir un antiguo libro del mismo autor escrito en colaboración con Joan Prats titulado Las raíces del miedo. Antropología del cine de terror. Cuando lo lea, prometo reseña.

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