jueves, 1 de noviembre de 2012

Greatest Hits: Crítica del disco "Alta suciedad" de Andrés Calamaro

La siguiente crítica del álbum Alta suciedad de Andrés Calamaro (Warner, 1997), un disco que en su momento me impactó profundamente, apareció en el suplemento cultural del diario El Progreso de Lugo "Táboa redonda" el 6 de diciembre de 1997 (cinco días antes de mi vigésimo tercer cumpleaños). La presento aquí con algunos retoques sobre la versión publicada. En aquel entonces aún estaba ensayando un poco el oficio de crítico (en realidad creo que es la primera crítica que escribí y publiqué) y me decidí por una opción que no me convence nada: el comentario canción por canción. Me da un poco de vergüenza, con tanta jerga anglófila pseudo-modernilla, pero... ahí va.

Down radikal


El último álbum de Andrés Calamaro es una verdera joya, un disco que gusta más cuanto más se oye. Pensé, cuando me gustó al oírlo por primera vez, que quizá fuera por mi especial inclinación hacia este cantante y compositor argentino. Pensé "estoy tan obcecado que me tragaría hasta lo peor que hiciese Calamaro". Pero no, la verdad es que es un disco que, como las pipas, crea adicción. Todas las canciones son buenas.


Alta suciedad destaca por unas músicas en las que se combinan multitud de estilos, pero tiene más que ver con los discos del cantante en solitario que con Los Rodríguez. Casi todos son medios tiempos, poca distorsión, pocas estridencias. Un disco calmado, ideal para escuchar tumbado en la cama, con mucho soul, reminiscencias de jazz, funky, reggae y (menos) de música latina.

Las mejores canciones son, en mi opinión, "Donde manda marinero", "Loco" y "Flaca", que, curiosamente, van seguidas. En relidad son las que más gustan en una primera audición, pero poco a poco uno descubre otras perlitas escondidas.

En cuanto a las letras (muchas de ellas de amor), gustan al oírlas, no al leerlas, y abundan en el particular mundo poético de Calamaro. Enganchan, créanme.

Calamarito y sus gafas de sol

Hagamos un repaso por las canciones del disco:

Alta suciedad: el tema más rockero del disco, es también el que le da nombre y lo abre. Toda una declaración de intenciones.

Todo lo demás: de amor.

Donde manda marinero: latino.

Loco: muy funky, muy cool, "down radikal" (lo dice la letra de la canción).

Flaca: con ella se alcanza el clímax del disco.

Quién asó la manteca?: muy soul. Me recuerda a viejos temas de Calamaro.

Media verónica: lenta con tema taurino, igual que la siguiente.

La crítica, tal como salió publicada en el periódico

El tercio de los sueños: con ritmo mexicano.

Comida china: recordando a los Beatles.

Elvis está vivo: otro que se empeña en buscar a Presley. Se lo permitimos porque es Calamaro (con Palito Ortega como estrella invitada).

Me arde: con riffs de guitarra deliciosos.

Crímenes perfectos: o la relación entre el fútbol y los sentimientos.

Nunca es igual: tema de casi ocho minutos con ritmo reggae, con la voz de Antonio Escohotado, escritor experto en drogas, dándonos consejos para vivir largo tiempo.

El novio del olvido: para terminar, un tema lento sobre el recuerdo.

Cada canción tiene detrás una historia. El conjunto resulta una colección de sensaciones para disfrutar con calma.

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