miércoles, 21 de noviembre de 2012

Falsos mitos sobre la imagen

Hay cuestiones sobre cine, fotografía, diseño y, en general, sobre la imagen, que se han repetido hasta la saciedad en los manuales, pero que no están respaldadas por ningún fundamento científico. Me imagino que alguien lo puso en un manual hace mucho tiempo y los demás autores y profesores se han limitado a repetir los tópicos que esgrimieron sus predecesores.

Típico ejemplo sobre la relación entre teoría de colores y cultura: en Oriente, el luto se expresa con el color blanco

Uno de los más habituales falsos mitos es lo del significado de los colores: que si el rojo significa pasión, que si el negro significa en nuestra cultura luto, mientras que el mismo concepto es expresado en culturas orientales con el color blanco... La cuestión es: si realmente existe esta teoría de los colores, ¿es algo que nuestra cultura nos ha implantado o que venía innato en nuestro cerebro? En cualquiera de los dos casos, la cuestión es muy discutible y habría que estudiar las razones psicológicas y neurológicas de esta supuesta teoría y sus consecuencias culturales, cosa que no se hace, sino que se resume en cuatro manidas frases y ya.

Algo similar ocurre cuando se dice que las imágenes se ven en la cultura occidental de izquierda a derecha, por influencia de la lectura. Eso no lo tengo nada claro, sobre todo cuando hay estudios científicos que demuestran que aproximadamente la mitad de la gente lee el periódico empezando por la última página y siguen exactamente el itinerario contrario al de la otra mitad, que se supone que hace "lo normal". Cuando les dices esto a un profesor, te contestan con que si no fuera cierto, los periódicos no venderían más cara la página derecha que la izquierda, como si los periódicos dispusieran de datos científicos y no iban a ser tan tontos de ignorarlos. Pero en su estudio Buyology, Martin Lindstrom demuestra que hasta ahora lo que han estado haciendo todos los expertos en marketing es dar palos de ciego, pues hasta ahora todos los estudios estaban basados en encuestas y es obvio que en las encuestas, la gente miente. La revolución se ha iniciado precisamente cuando Lindstrom y su equipo estudia la actividad neuronal en nuestro cerebro relacionado con determinados productos. Cuando por fin se estudie el cerebro con relación a los medios de comunicación y a la imagen, estoy seguro de que este mito caerá.

Un fleco de esto sería la supuesta teoría del "eje" en cine, que indica que los actores deben entrar del plano por la izquierda y salir por la derecha. Paulino Viota ha demostrado que el cine clásico, como el de John Ford, por ejemplo, rompía el eje constantemente, así que no estoy de acuerdo en que esta teoría lineal o direccional sea un acuerdo tácito o una regla implícita del cine ni nada parecido.

"Le locataire" de Polanski, fidelísima adaptación de la novela de Topor

Otros dos tópicos que los que frecuentamos cursos sobre cine hemos escuchado hasta la saciedad consisten en que "el largometraje corresponde a la novela mientras que el corto es el relato breve" y que, supuestamente, una novela nunca se puede adaptar literalmente. Si bien en los dos casos anteriores, no estoy al 100% seguro de la veracidad o falsedad de los tópicos, en esta caso sí estoy totalmente en contra. Me explico. Que un relato corto puede ser llevado a la pantalla en su integridad está claro, lo cual ya contradice el segundo supuesto. Que una novela corta de 50-80 páginas puede ser convertida en su integridad en un largometraje también lo han demostrado gente como Roman Polanski con su Le locataire, adaptación de la novela corta Le locataire chiméric del también polaco Roland Topor. Ahora, ¿qué sería el equivalente de una novela larga como El Quijote o Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós? Pues está claro que la serie de televisión, como han demostrado Manuel Gutiérrez Aragón, en el primer caso, o Mario Camus, en el segundo, lo cual demuestra que ambas afirmaciones, completamente apriorísticas, son falsas.

En resumidas cuentas, opino que algunas de estas afirmaciones, que los profesores repiten sin pensar, sean pensadas y estudiadas bien, científicamente a ser posible, antes de repetirlas sin más ni más.

(Ampliado el 21/08/2013)

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