La que viene a continuación es una de las primeras críticas de cine que escribí, en concreto la cuarta. Apareció en el suplemento cultural "Táboa redonda" del diario El Progreso de Lugo el 22 de noviembre de 1997.
Memorias del ángel caído (David Alonso y Fernando Cámara, 1997) es una de esas películas en las que uno se lleva una decepción cuando termina de verla, pensando en lo que pudo ser y lo que realmente ha sido.
Se trata de un filme fantástico, un género poco practicado en España, que cuenta con un planteamiento original, tiene un buen comienzo y, en momentos, llega a dar verdadero miedo ―que, al fin y al cabo, es lo que se pide―, pero, al final, la película no convence.
La cinta trata de una parroquia en la que dos curas presencian un aparente milagro, cuando el agua bendita se transforma en hielo. Al día siguiente, muchos de los que acuden masivamente a la iglesia, tras el supuesto milagro, mueren tras comulgar.
Con este prometedor arranque y un reparto de lujo (con la excepción de un Santiago Ramos que no convence en papeles dramáticos), la película, que en principio era de terror, se convierte en un thriller, en el que se destapa una trama detectivesca.
La verdad es que los directores consiguen mantener la atención del espectador con gran maestría, pero, cuando uno sale del cine, comienza a pensar en la multitud de cabos sueltos que se dejan. Un ejemplo de ello es la figura del seminarista que vive en la parroquia, que a mitad de película desparece, o la del estudioso de fenómenos ocultos, que, sin más, los directores borran del mapa.
Además, los personajes no están elaborados, no tienen vida propia, salvo el que encarna Héctor Alterio, quizá por la labor de este estupendo actor. En el polo opuesto está el personaje al que da vida José Luis López Vázquez, que apenas se dibuja en una escena a lo largo de todo el filme.
Hay otros aspectos que dejan qué desear, comenzando por los efectos especiales, que no están muy logrados, y continuando por la música: resulta que el seminarista es aficionado al jazz. Va a un concierto y en la imagen se ve un grupo con un saxofonista al frente, pero la música que se escucha parece producida por un Casiotone PT-80.
En resumen, estamos hablando de una película con un buen planteamiento que se convierte en un pastiche al que le falla la trama por obra y gracia de sus directores.
Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0119652/
Ficha en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film377940.html
Intento fallido
Memorias del ángel caído (David Alonso y Fernando Cámara, 1997) es una de esas películas en las que uno se lleva una decepción cuando termina de verla, pensando en lo que pudo ser y lo que realmente ha sido.
Se trata de un filme fantástico, un género poco practicado en España, que cuenta con un planteamiento original, tiene un buen comienzo y, en momentos, llega a dar verdadero miedo ―que, al fin y al cabo, es lo que se pide―, pero, al final, la película no convence.
La cinta trata de una parroquia en la que dos curas presencian un aparente milagro, cuando el agua bendita se transforma en hielo. Al día siguiente, muchos de los que acuden masivamente a la iglesia, tras el supuesto milagro, mueren tras comulgar.
Con este prometedor arranque y un reparto de lujo (con la excepción de un Santiago Ramos que no convence en papeles dramáticos), la película, que en principio era de terror, se convierte en un thriller, en el que se destapa una trama detectivesca.
La verdad es que los directores consiguen mantener la atención del espectador con gran maestría, pero, cuando uno sale del cine, comienza a pensar en la multitud de cabos sueltos que se dejan. Un ejemplo de ello es la figura del seminarista que vive en la parroquia, que a mitad de película desparece, o la del estudioso de fenómenos ocultos, que, sin más, los directores borran del mapa.
Además, los personajes no están elaborados, no tienen vida propia, salvo el que encarna Héctor Alterio, quizá por la labor de este estupendo actor. En el polo opuesto está el personaje al que da vida José Luis López Vázquez, que apenas se dibuja en una escena a lo largo de todo el filme.
Hay otros aspectos que dejan qué desear, comenzando por los efectos especiales, que no están muy logrados, y continuando por la música: resulta que el seminarista es aficionado al jazz. Va a un concierto y en la imagen se ve un grupo con un saxofonista al frente, pero la música que se escucha parece producida por un Casiotone PT-80.
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| La reseña en su formato original |
En resumen, estamos hablando de una película con un buen planteamiento que se convierte en un pastiche al que le falla la trama por obra y gracia de sus directores.
Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0119652/
Ficha en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film377940.html
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