sábado, 22 de septiembre de 2012

Mini-crítica de "Gitanos de Buenos Aires"

A estas alturas ya habréis deducido que tengo una especial querencia por el cine documental y también por la etnia gitana, así que una combinación de estos dos elementos nunca puede fallar. Si encima añadimos a la coctelera música y un país que me gusta tanto como Argentina, la combinación se acerca a la perfección. Y eso es lo que lograron los directores Xavier Villaverde y Regina Álvarez y el promotor del proyecto y guionista David Amaya con Gitanos de Buenos Aires (2009).


La película narra las experiencias del cantante y guitarrista español David Amaya al encontrarse en Buenos Aires con una comunidad de gitanos descendientes de españoles emigrados a partir de la Guerra Civil que, aun sin haber pisado nunca España la mayoría de ellos, no se han integrado en la cultura porteña y, por el contrario, conservan intacta su cultura gitana y española. La razón de eso es que, como se explica en la cinta, ellos apenas tienen contacto con personas de fuera de su grupo, de unos 250 individuos, que tienen que casarse con primos y primas, que no fueron al colegio y que, como explican ellos mismos en el propio documental, no se quieren mezclar con los payos, sobre todo las mujeres. Precisamente es este uno de los aspectos que más me gustó de la película, el hecho de que no se trata tan sólo de un documental para promocionar el disco que David Amaya grabó con músicos no profesionales de esta comunidad, sino que nos permite espiar cómo viven estas gentes, cómo es su vida, su cultura, sus pensamientos, sus sentimientos e incluso su religión.

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