Descubro, gracias a la retrospectiva que organiza la Filmoteca Española en colaboración con el Festival de San Sebastián, la obra de Georges Franju, del que sólo conocía el ya clásico del fanta-terror Yeux sans visage (plagiada doblemente por Jesús Franco y tan sólo una vez por nuestro Pedrito de España) y el corto documental La sang des bêtes, las cuales me encantaron.
Salvo el primero de los cortos documentales comentados aquí (film experimental y primerizo realizado en colaboración con Henri Langlois), los demás son obras de encargo, lo cual no les resta ni un ápice de su interés, más bien al contrario.
Le métro (1934), dirigido a medias con H. Langlois (en lo que fue la única incursión de este último en la dirección cinematográfica), es un trabajo primerizo pero interesante que muestra diversas tomas de instalaciones del metro y sus usuarios, así como imágenes rodadas desde un vagón de metro.
La sang des bêtes (1949): es la segunda vez que la veo y me impresionó tanto o más que la primera. Como en otros cortos documentales, Franju, antes de hacer su reportaje de los mataderos de París, comienza con un prólogo en el que nos presenta las afueras de la ciudad en los que éstos se encuentran. Ahí nos muestra tomas de gran belleza que parecen descontextualizadas pero que probablemente carezcan de puesta en escena: un maniquí en medio de un descampado, un señor en una mesa rodeado de la nada más absoluta, una pareja besándose. Son imágenes tan extrañas que tienen que ser reales. Y, curiosamente, esta misma realidad da un toque onírico a la cinta. A renglón seguido, el director nos sumerge en el mundo de los mataderos, con imágenes duras y sin concesiones. Y lo hace sin caer en ninguno de los dos extremos: sin regodearse pero sin ser apologético. Al fin y al cabo, como se dice en el propio texto de la narración, "los matarifes tienen que comer y dar de comer a otros". El momento en que un matarife se dispone a acabar con la vida de una vaca queda plasmado por Franju en toda su plenitud, lo mismo que hace con otros detalles, como un feto de ternera encima de una mesa. Detalles a la vez tiernos y crueles. También me llama la atención que el narrador ponga nombres y apellidos a los empleados de los mataderos, lo que humaniza a los personajes: no son asesinos despiadados de cuento de hadas, se trata de personas de carne y hueso que tienen un trabajo como cualquier otro sólo que más arriesgado para su propia integridad. Por último, el momento en que para cambiar de una secuencia a otra se ven las tapas del libro cerrarse sobre la pantalla es simplemente genial. Tanto en los fragmentos del libro sobre Franju coordinado por Quim Casas y Ana Crstina Iriarte que he leído como en el ensayo visual de Carlos Escolano (que apareció en su día en nuestro blog hermano Cinemistas) se relaciona la frialdad de este documental con la crueldad del holocausto judío. Personalmente, no creo que sea así. Veo en el cine de Franju un humanismo, un respeto a todo ser (humano o animal, animado o inanimado), que me parece lo contrario de lo que preconizaban los nazis. Ahora sí, reconozco que el corto tiene algo de siniestro. Esto puede ser por un motivo. Como bien dice Freud en su ensayo precisamente titulado Lo siniestro, una de las cosas que nos resultan más siniestras es contemplar una parte del cuerpo moviéndose una vez que es separada del resto del cuerpo. Y eso lo vemos en numerosas ocasiones en el documental, pues una vez decapitadas, las reses siguen moviéndose por puro acto reflejo.
En passant par la Lorraine (1950): al principio parece que vamos a ver un documental folklórico, turístico o histórico sobre la Lorena, pero en realidad trata sobre la actividad minera del carbón y el hierro en esta región francesa. La cinta contienes momentos de una hermosura arrebatadora, en la que se nos muestra el ritmo y la belleza de la máquina, lo que pone en contacto esta película con la estética futurista. Especialmente impresionantes y preciosasa nos resultaron las imágenes de los altos hornos, con los operarios jugándose el tipo a temperaturas altísimas y rodeados de gases nocivos.
Hôtel des invalides (1951) es un documental sobre el museo del ejército francés. Nos encantó por sus originales encuadres y un montaje muy rítmico, así como por la parte literaria. En este sentido cabe destacar la sabia combinación de un brillante texto pronunciado por el narrador, lo que dicen los guías del museo y los subtítulos. Especialmente interesante nos resultaron los subtítulos para una canción citada pero no escuchada: una canción muda, valga el sinsentido de la expresión. También nos conmovió cómo muestra el director a los traviesos niños en el entorno formal y serio del museo.
Les poussières (1954) parte de una idea interesante: estudiar la historia del polvo y sus distintos tipos: el polvo estelar, el que se produce al procesar el lino, el que se forma al moler los guijarros, el que se crea dentro de las minas... y, por último, ¡el polvo atómico!, así como las distintas enfermedades producidas en los obreros por cada uno de los tipos. Se trata de un corto poético en su combinación de imágenes y narración, cuyo interesante texto no carece de fina ironía. Destacamos la escena en que se ve un horneador cargando con un montón de piezas de cerámica para cocer sobre tablas que descansan en su hombro y cabeza. Cuando baja las escaleras, su sencilla y milimétrica actividad de obrero roza la proeza humana. La escena es redondeada por Franju por un redoble de caja muy circense, que le da el toque humorístico: ¡más difícil todavía! Pensar que se trata de una obra de encargo no le resta el más mínimo interés a este corto, sino que, por el contrario le añade mérito al director al lograr hacer un corto que es a la vez irónico, poético, textual y visual, así como muy instructivo sobre diversos oficios y actividades humanas.
Por último, el corto À propos d'une rivière (1955, también conocido como La saumon atlantique y Au fil de la rivière) es el que menos nos interesó de los aquí analizados, tal vez por nuestro personal desinterés hacia el deporte (si es que se le puede llamar así) de la pesca, lo cual viene a demostrar, una vez más, que en el documental el hecho de elegir un tema interesante es vital, pues si al espectador no le interesa el tema tratado, no va a seguir el film con agrado y atención.
Ficha de Le métro en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0025495/
Ficha de La sang des bêtes en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0041842/
Ficha de La sang des bêtes en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film156752.html
Ficha de En passant por la Lorraine en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0042435/
Ficha de Hôtel des Invalides en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0044733/
Ficha de Hôtel des Invalides en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film404205.html
Ficha de Les poussières en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0046201/
Ficha de Les poussières en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film884887.html
Ficha de À propos d'une rivière en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0048831/
Ficha de À propos d'une rivière en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film520002.html
(Actualizado el 10/10/2012)
Salvo el primero de los cortos documentales comentados aquí (film experimental y primerizo realizado en colaboración con Henri Langlois), los demás son obras de encargo, lo cual no les resta ni un ápice de su interés, más bien al contrario.
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| Georges Franju |
La sang des bêtes (1949): es la segunda vez que la veo y me impresionó tanto o más que la primera. Como en otros cortos documentales, Franju, antes de hacer su reportaje de los mataderos de París, comienza con un prólogo en el que nos presenta las afueras de la ciudad en los que éstos se encuentran. Ahí nos muestra tomas de gran belleza que parecen descontextualizadas pero que probablemente carezcan de puesta en escena: un maniquí en medio de un descampado, un señor en una mesa rodeado de la nada más absoluta, una pareja besándose. Son imágenes tan extrañas que tienen que ser reales. Y, curiosamente, esta misma realidad da un toque onírico a la cinta. A renglón seguido, el director nos sumerge en el mundo de los mataderos, con imágenes duras y sin concesiones. Y lo hace sin caer en ninguno de los dos extremos: sin regodearse pero sin ser apologético. Al fin y al cabo, como se dice en el propio texto de la narración, "los matarifes tienen que comer y dar de comer a otros". El momento en que un matarife se dispone a acabar con la vida de una vaca queda plasmado por Franju en toda su plenitud, lo mismo que hace con otros detalles, como un feto de ternera encima de una mesa. Detalles a la vez tiernos y crueles. También me llama la atención que el narrador ponga nombres y apellidos a los empleados de los mataderos, lo que humaniza a los personajes: no son asesinos despiadados de cuento de hadas, se trata de personas de carne y hueso que tienen un trabajo como cualquier otro sólo que más arriesgado para su propia integridad. Por último, el momento en que para cambiar de una secuencia a otra se ven las tapas del libro cerrarse sobre la pantalla es simplemente genial. Tanto en los fragmentos del libro sobre Franju coordinado por Quim Casas y Ana Crstina Iriarte que he leído como en el ensayo visual de Carlos Escolano (que apareció en su día en nuestro blog hermano Cinemistas) se relaciona la frialdad de este documental con la crueldad del holocausto judío. Personalmente, no creo que sea así. Veo en el cine de Franju un humanismo, un respeto a todo ser (humano o animal, animado o inanimado), que me parece lo contrario de lo que preconizaban los nazis. Ahora sí, reconozco que el corto tiene algo de siniestro. Esto puede ser por un motivo. Como bien dice Freud en su ensayo precisamente titulado Lo siniestro, una de las cosas que nos resultan más siniestras es contemplar una parte del cuerpo moviéndose una vez que es separada del resto del cuerpo. Y eso lo vemos en numerosas ocasiones en el documental, pues una vez decapitadas, las reses siguen moviéndose por puro acto reflejo.
En passant par la Lorraine (1950): al principio parece que vamos a ver un documental folklórico, turístico o histórico sobre la Lorena, pero en realidad trata sobre la actividad minera del carbón y el hierro en esta región francesa. La cinta contienes momentos de una hermosura arrebatadora, en la que se nos muestra el ritmo y la belleza de la máquina, lo que pone en contacto esta película con la estética futurista. Especialmente impresionantes y preciosasa nos resultaron las imágenes de los altos hornos, con los operarios jugándose el tipo a temperaturas altísimas y rodeados de gases nocivos.
Hôtel des invalides (1951) es un documental sobre el museo del ejército francés. Nos encantó por sus originales encuadres y un montaje muy rítmico, así como por la parte literaria. En este sentido cabe destacar la sabia combinación de un brillante texto pronunciado por el narrador, lo que dicen los guías del museo y los subtítulos. Especialmente interesante nos resultaron los subtítulos para una canción citada pero no escuchada: una canción muda, valga el sinsentido de la expresión. También nos conmovió cómo muestra el director a los traviesos niños en el entorno formal y serio del museo.
Les poussières (1954) parte de una idea interesante: estudiar la historia del polvo y sus distintos tipos: el polvo estelar, el que se produce al procesar el lino, el que se forma al moler los guijarros, el que se crea dentro de las minas... y, por último, ¡el polvo atómico!, así como las distintas enfermedades producidas en los obreros por cada uno de los tipos. Se trata de un corto poético en su combinación de imágenes y narración, cuyo interesante texto no carece de fina ironía. Destacamos la escena en que se ve un horneador cargando con un montón de piezas de cerámica para cocer sobre tablas que descansan en su hombro y cabeza. Cuando baja las escaleras, su sencilla y milimétrica actividad de obrero roza la proeza humana. La escena es redondeada por Franju por un redoble de caja muy circense, que le da el toque humorístico: ¡más difícil todavía! Pensar que se trata de una obra de encargo no le resta el más mínimo interés a este corto, sino que, por el contrario le añade mérito al director al lograr hacer un corto que es a la vez irónico, poético, textual y visual, así como muy instructivo sobre diversos oficios y actividades humanas.
Por último, el corto À propos d'une rivière (1955, también conocido como La saumon atlantique y Au fil de la rivière) es el que menos nos interesó de los aquí analizados, tal vez por nuestro personal desinterés hacia el deporte (si es que se le puede llamar así) de la pesca, lo cual viene a demostrar, una vez más, que en el documental el hecho de elegir un tema interesante es vital, pues si al espectador no le interesa el tema tratado, no va a seguir el film con agrado y atención.
Ficha de Le métro en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0025495/
Ficha de La sang des bêtes en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0041842/
Ficha de La sang des bêtes en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film156752.html
Ficha de En passant por la Lorraine en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0042435/
Ficha de Hôtel des Invalides en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0044733/
Ficha de Hôtel des Invalides en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film404205.html
Ficha de Les poussières en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0046201/
Ficha de Les poussières en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film884887.html
Ficha de À propos d'une rivière en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0048831/
Ficha de À propos d'une rivière en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film520002.html
(Actualizado el 10/10/2012)
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