¿Conoces al creador del porno rock en castellano? Si tú o tus hermanos mayores crecisteis en los 90, es probable que de pequeño les oyeras cantar "La paja en la farola". Entrevistamos al creador del género, Juampa Yusta.
Texto de Javier Suárez y Jesús de la Vega / Fotos de Javier Suárez
Contactamos con él por LinkedIn y quedamos en visitarlo en su pueblo, Cuéllar (Segovia). Nos recibe en la casa de su madre, nada menos que debajo de la muralla de un castillo. Nos ofrece un vino mañanero que aceptamos gustosamente. Se mueve nervioso de un lado a otro de la casa. Mientras nos ofrece todo tipo de aperitivos nos responde agradable a nuestras preguntas, nos muestra estar muy complacido de que estemos ahí con él.
Sus inicios: "De pequeño, cuando no podía dormir por las noches, me ponía a inventar frases guarras... Empecé a hacer guerras de rimas con otros del pueblo que duraban noches enteras. La canción de 'La paja en la farola' la escribí porque estaba enfadado con mis papás: trabajaba en una carpintería y a la hora del bocata decidí no comerlo, me dio la chispa y la escribí. Lo que siempre me ha funcionado es tratar el sexo de manera chistosa y divertida, nunca he hablado de política ni nada así. He pasado de eso y lo único que intentaba era decir burradas para que la gente se descojonara". Afirma que una de sus influencias son los gallegos Siniestro Total.
Empezó a tocar canciones semimprovisadas en bares de pueblo, sin más ánimo que el de "partirse la polla y disfrutar esos buenos momentos". No tenía intenciones de darse a conocer como porno-autor, había estudiado en el conservatorio y tocaba especialmente bien flamenco. De hecho, mientras el fotógrafo juega con sus gatos, nos pone en su salón una versión interpretada por él de “Entre dos aguas”.
Sus canciones se extendieron sin él saberlo. Nos cuenta que lo que pensábamos que era su primera maqueta, en realidad la grabaron a traición: "Yo no sabía nada. Un día un amigo mío, que era el que se ocupaba del sonido en mis conciertos, me dice en el coche: '¡Así suenas, Juan!'". Lo había grabado y las cintas se multiplicaron pronto por toda España. Una traición que en realidad fue un gran favor.

Le empezaron a llamar de muchos sitios, por lo que, con unos amigos del pueblo, montó Juampa y la Raja. Para su debut discográfico les contrató una grande y su producción le fue encargada a uno de los más importantes productores discográficos del país. Tras acudir a numerosas sesiones en Madrid, al final se dieron cuenta de que lo mejor era hacerlo en Cuéllar y en acústico, en un concierto de verdad, tratando de captar la atmósfera de sus recitales. El disco era fácil encontrarla en mercadillos y gasolineras y fue todo un éxito. Los llamaron a conciertos y festivales por toda España, incluso a la televisión.
Pero el propio Juampa nos confiesa: "Siempre fui muy nervioso y el éxito no me sentó bien, tenía ataques de ansiedad... Pero lo peor fue que me diagnosticaron distonía focal, por lo que mis manos no respondían, lo cual me destrozó porque no podría continuar mi carrera en la guitarra, ya no podía tocar a Bach o el concierto de Aranjuez".
En un momento de la charla, siempre con parones para ofrecernos cerveza o vinos, se anima y nos dedica una improvisación sobre nosotros, ¡que nos llena de orgullo! Juan, que, a día de hoy y disgustado con el trato con la SGAE, decide regalar toda su música, sale al chino a comprarnos un
pendrive y ¡grabarnos toda su discografía!
Mientras se graban las canciones, escuchamos alguna en youtube y leemos algún comentario criticando sus letras guarras y machistas: "sí, puedes considerar mis letras de mal gusto, pero me parece peor ver en Telecinco cómo se insultan, yo lo hago por la gracia, si alguien se ofende, le pido perdon, pero hay que distinguir entre lo que tiene malicia y lo que no". Al hilo de esto nos cuenta lo siguiente: "una vez venía de ensayar con un amigo y había una despedida de soltera de cincuentonas. Me vieron pasar y me persiguieron por todo el pueblo para que les diera un concierto, menos mal que corrí más que ellas".
Decidimos salir de la casa, mientras nos relata anécdotas que le sucedieron durante sus conciertos en pueblos dignas del creador de la porno canción. "Una vez en un pueblo tuve que salir corriendo porque una señora de unos 60 años me pidió que le firmara un autógrafo en las tetas... Lo que pasó es que llegó el marido".
En el trayecto al casco viejo para tomar algo, los vecinos le pitan desde el coche, lo paran para saludarle... El cariño que él da a todos es enternecedor. Durante este trayecto nos encontramos algún miembro de sus grupos. Llegamos al bar y el dueño también había tocado con él...
Seguimos hablando de su carrera: "El éxito es para otra gente. Sería hacer un temazo como "Soldadito marinero" (Fito y Fitipaldis). Yo no me he vendido nunca como el gran compositor, lo mío es para reírte un rato".
Se entristece cuando nos cuenta que en el momento en que el éxito crecía, tuvo que parar de dar conciertos, porque crecían su ansiedad y sus problemas con las manos, pero ¿no habría algo de miedo escénico detrás de esa retirada?