martes, 27 de junio de 2017

Mamá, papá, quiero ser Papa

De pequeño insistí a mis padres para que me metieran en un colegio de curas. Y no es que quisirera ser cura, ¿eh? Es que quería ser Papa. Y es que yo siempre he apuntado a lo más alto.

Lo que pasa es que había cosas de la biblia que los curas de mi cole explicaban y nunca me han entrado en la cabeza. Por ejemplo, la biblia dice que hay un tiempo para cada cosa... Sí, pero no dice el orden. Luego, lo de los milagros. Por ejemplo, la biblia habla del milagro del maná, que es que manaba un líquido comestible de una roca, la propia palabra lo dice. Pero vamos, que si realmente hubo un milagro, para mí que no podía tan solo consistir en eso, eso lo hace cualquiera. Dios, si es omnipotente, podía hacer algo molón, como que manara cerveza o calimocho. Y de abajo arriba o algo así, muy loco. Una virguería, vamos. Luego, en la biblia al parecer dice que Jesús anduvo sobre las aguas y en otro que hacía que el agua se volviese vino con tocarla… ¡Entonces no anduvo sobre las aguas! ¡Anduvo sobre vino! Luego, este señor es que hacía cosas muy raras. Tan santurrón... pero eso de que anduviera todo el rato con María Magdalena. Para mí que follaban. Vamos, "para mí", no, es que ¡follaban! En otra parte de la Biblia dice que Jesús devolvió la vista a un ciego… pero luego vinieron sus detractores y lo volvieron a cegar a hostias. También devolvió la vida a un tipo, el tal Lázaro, pero nunca volvió a ser el mismo. Jesús es que tenía muy mala hostia. Agarró una rabieta y con la ira secó una higuera. Vamos, porque no le dio por poner una bomba atómica… Que era muy "arrebatao" el tío.

Pero lo mejor es lo de los curas. ¡Cómo son los curillas! Por ejemplo, la confesión. Bueno, es que yo solo me he confesado una vez, cuando iba a hacer la comunión. Llego al confesionario, digo lo típico de "Ave María purísima" o lo que fuera. No me acuerdo bien. El cura me pregunta por mis pecados y yo qué le iba a decir, a esa edad, ¿qué pecados vas a tener? Que me peleaba con mi hermano... y va el muy degenerado y me dice:

- Sí, eso todo ya nos lo sabemos, pero ¿tú te tocas?

Estos curas tienen la mente perversa y te la pervierten a ti. Pa mí que el cura igual hasta se la estaba meneado detrás del confesionario por debajo de la sotana. ¡Qué degeneradillo!

Es que los curas no desaprovechan una. Por ejemplo, en mi colegio nos hacían cantar "Jingle Bells" (una canción de Navidad pero ¡no religiosa!) con la siguiente letra: "El portal de Belén luce como el sol y en la nieve fría ha nacido el redentor. Cruza el mar una luz, nace nuestro Dios"... Además, que no entendía lo de "redentor". Mejor dicho, yo entendía "reventor". Y esa es otra, porque también nos hacían rezar el Padre Nuestro y el Ave María y lo decíamos murmurando, en plan retahíla (yo creo que muchos hacían "play back"), sin saber bien lo que decíamos y había muchas cosas que no entendía o que luego descubrí que decía mal. Por ejemplo, yo en vez de "el señor es contigo" entendía "señores contigo". Y yo pensaba: "menuda la María esta, con muchos señores". Tampoco entendía lo de "El pan nuestro de cada día dánosle hoy" porque es que en Lugo no somos leístas y yo entendía "El pan nuestro de cada día danos de hoy", o sea "danos el de hoy", que tenía sentido en mi joven e inocente cabeza.

Pero no hay que olvidar que el sacerdote también es un proletario. Es un currante que cuando va a trabajar abre la cartera y dice: "¡Otra vez lo mismo: el cuerpo y la sangre de Cristo!". Por cierto, que no sé si sabéis lo que es la trasmutación de las substancias. Según la Iglesia, cuando comes la hostia te estás comiendo un cachito de la carne de Cristo, no es una metáfora, es de verdad. ¡O sea que estás haciendo un acto de canibalismo!

Otro tema es el de las apariciones marianas. Lo que no sé es si se aparecen en 2D o en 3D.

A mí es que me encanta la Historia y cuando en clase estudiaba lo que hicieron los rojos en la Guerra Civil, me imagino qué alegría, qué sensación de camaradería debe dar estar quemando una iglesia!

Es que la religión es la hostia. Fíjate esos que los crucifican en Filipinas como si fueran nuestro señor. Yo, si no me hubiera decidido ya a ser antidisturbios, hubiera querido ser uno de esos. ¡Pero de los que clavan, eh! ¡No de los que se dejan clavar! Podría dar rienda suelta a todas mis tendencias masoquistas y nadie me chistaría, incluso estaría bien visto y aceptado dentro de la sociedad.

La Biblia dice que es difícil que un rico entre en el reino de los cielos. Vamos, un rico y un pobre ¡porque no existe!

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