Hay dos cineastas malrolleros hoy en día: Lars von Trier y Michael Haneke. Pero Lars von Trier al menos tiene algo de sentido del humor. Haneke es que es malo, no es que sea mal cineasta, es que es mala persona, directamente mala, sin paliativos. Y nos quiere hacer creer que con su recrearse en el mal más abyecto está denunciano una situación, cuando realmente lo que está haciendo es regodearse.
¿Sabéis que Lars von Trier lo declararon "persona non grata" en Cannes porque dijo "Entiendo a Hitler"? Pero es que Haneke no es que "entienda" a Hitler, es que es Hitler. Sabéis que Hitler quería entrar en la escuela de arte y al rechazarle, se convirtió en el ser frustrado que fue. ¡Menos mal que a Haneke sí lo adimitieron!
Otro cineasta que me hace mucha gracia, porque a todo el mundo se le cae la baba con él, es Víctor Erice: el pope del neorrealismo español. Cinema verité. Cine sin
trampa ni cartón. El mismo que pretende hacernos creer que Omero
Antonutti es el castizo padre de Iciar Bollain. ¡Manda cojones!
¿Y qué me decís del pervertido con ínfulas de José Luis Guerín? Ese acosador que pasa por genio. Ese Benny Hill artie del cine español, un hombre que debería estar en la cárcel y, en cambio, no paran de premiarlo
No hay comentarios:
Publicar un comentario