Parece ser que en la época en la que los cristianos reconquistaron Toledo (1085), la batalla ya se había decantado prácticamente del lado del rito romano, apoyado por el rey Alfonso VI (1040-1109), pero los cristianos toledanos no estaban de acuerdo, pues la población mozárabe se negaba a abandonar el rito que durante tantos años y con tanto trabajo habían conservado. Según la Estoria de España, crónica castellana del siglo XIII, para resolver el conflicto, se hizo un combate ordálico, es decir, una especie de duelo en el que un paladín defendería cada uno de los dos ritos. Venció el defensor del rito hispánico pero Alfonso VI (mal perdedor) no aceptó el resultado, así que se procedió a un juicio de ordalía, en el que fueron sometidos al fuego dos ordinarios de la misa, uno hispánico y otro romano y se esperaba que Dios evitaría que se quemase el misal que fuese de su agrado. Alfonso VI volvió a desconocer el resultado desfavorable. Al parecer, como el misal hispánico no se quemaba, el propio rey se acercó a la hoguera y lo pateó hacia las llamas, declarando al rito romano vencedor. Un milagro con una "pequeña" ayudita.
martes, 12 de diciembre de 2017
Milagros de santos III: el misal mozárabe
Seguimos con los (supuestos) milagros. Durante la reconquista, había grandes polémicas entre los nobles y reyes hispánicos y también entre los hombres de iglesia, sobre qué liturgia se debía emplear en la misa, pues unos apoyaban el rito hispánico (proveniente de los días de los antiguos suevos y visigodos) y los otros, el canon romano.
Parece ser que en la época en la que los cristianos reconquistaron Toledo (1085), la batalla ya se había decantado prácticamente del lado del rito romano, apoyado por el rey Alfonso VI (1040-1109), pero los cristianos toledanos no estaban de acuerdo, pues la población mozárabe se negaba a abandonar el rito que durante tantos años y con tanto trabajo habían conservado. Según la Estoria de España, crónica castellana del siglo XIII, para resolver el conflicto, se hizo un combate ordálico, es decir, una especie de duelo en el que un paladín defendería cada uno de los dos ritos. Venció el defensor del rito hispánico pero Alfonso VI (mal perdedor) no aceptó el resultado, así que se procedió a un juicio de ordalía, en el que fueron sometidos al fuego dos ordinarios de la misa, uno hispánico y otro romano y se esperaba que Dios evitaría que se quemase el misal que fuese de su agrado. Alfonso VI volvió a desconocer el resultado desfavorable. Al parecer, como el misal hispánico no se quemaba, el propio rey se acercó a la hoguera y lo pateó hacia las llamas, declarando al rito romano vencedor. Un milagro con una "pequeña" ayudita.
Parece ser que en la época en la que los cristianos reconquistaron Toledo (1085), la batalla ya se había decantado prácticamente del lado del rito romano, apoyado por el rey Alfonso VI (1040-1109), pero los cristianos toledanos no estaban de acuerdo, pues la población mozárabe se negaba a abandonar el rito que durante tantos años y con tanto trabajo habían conservado. Según la Estoria de España, crónica castellana del siglo XIII, para resolver el conflicto, se hizo un combate ordálico, es decir, una especie de duelo en el que un paladín defendería cada uno de los dos ritos. Venció el defensor del rito hispánico pero Alfonso VI (mal perdedor) no aceptó el resultado, así que se procedió a un juicio de ordalía, en el que fueron sometidos al fuego dos ordinarios de la misa, uno hispánico y otro romano y se esperaba que Dios evitaría que se quemase el misal que fuese de su agrado. Alfonso VI volvió a desconocer el resultado desfavorable. Al parecer, como el misal hispánico no se quemaba, el propio rey se acercó a la hoguera y lo pateó hacia las llamas, declarando al rito romano vencedor. Un milagro con una "pequeña" ayudita.
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