Si quieres encontrarte a José Luis Álvarez Gallego no tienes más que
acercarte a alguno de los muchos eventos poéticos que se organizan en
Madrid. Su potente voz de bajo operístico y su presencia escénica son
sus señas de identidad cuando recita en cualquier jam o
micro abierto. O también puedes encontrarlo en el recital que organiza
mensualmente en la biblioteca Rafael Alberti, en el distrito de
Fuencarral-El Pardo.
José Luis es poeta desde la cuna. Lo debió mecer alguna musa. Lo cierto es que escribió su primer poema a los once años, tras ir a una corrida de toros. Los curas del internado en el que vivía en Segovia no dejaron pasar por alto el talento del joven prodigio y grababan sus poemas para luego ponerlos por la megafonía y que los escuchara todo el colegio. También escribió desde muy pequeño en revistas colegiales y, más tarde, en la mili.
Estudió Derecho pero nunca llegó a ejercer, no era lo suyo. Sin embargo, al poco descubrió su otra pasión, junto a la poesía, el periodismo. Tras acabar en la Escuela Oficial de Periodismo hizo prácticas en el diario Pueblo y luego colaboraría en muchas otras publicaciones, como El Alcázar o La Hoja del Lunes. Su tercera gran pasión es viajar. Por ese motivo se alistó en la asociación de periodistas y escritores de turismo, lo que le permitió vivir largas temporadas en Mëxico, Argentina y Venezuela. Además, José Luis es, según nos cuenta, aficionado al esquí, las mujeres, fumar puros, la caza y la pesca. En este aspecto, dice que se ha recorrido todos los ríos de España e incluso tiene algún trofeo de pesca.
Llegamos a su casa y nos enseña su chalé con piscina. Él prácticamente vive en el garaje: un colchón, una mesa, el portátil y un montón de papeles y libros es lo que él llama su "despacho", pero la mayor parte de la entrevista la hacemos arriba, en el salón, rodeado de cuadros y objetos relativos a la pesca y a la caza. Le preguntamos si nos puede contar anécdotas y se nos pone a hablar de la mili, anécdotas cuarteleras que es mejor no reproducir aquí. Nos habla de mujeres ninfómanas y suplantaciones de personalidad.
En cuanto a su poesía, que ha dejado reflejada en numerosos libros, afirma que los poemas le "brotan de tal manera que es como si fuera el alma del agua de un río que rompe su propia presa". Dice que "el verdadero poeta es un bohemio y no pisa el suelo. Le pasa lo que a mí, que teniendo un padre constructor y millonario, he estado en la ruina". En cuanto a los temas de su poesía, asegura que el principal es el amor: "Con todos los años que tengo sigo siendo un romántico, como cuando tenía once. Lo que me gusta es hacer sonetos clásicos de amor y creo que la poesía clásica no debe morir". También tiene poemas de carácter más comprometido o inspirados por la naturaleza.
José Luis es poeta desde la cuna. Lo debió mecer alguna musa. Lo cierto es que escribió su primer poema a los once años, tras ir a una corrida de toros. Los curas del internado en el que vivía en Segovia no dejaron pasar por alto el talento del joven prodigio y grababan sus poemas para luego ponerlos por la megafonía y que los escuchara todo el colegio. También escribió desde muy pequeño en revistas colegiales y, más tarde, en la mili.
Estudió Derecho pero nunca llegó a ejercer, no era lo suyo. Sin embargo, al poco descubrió su otra pasión, junto a la poesía, el periodismo. Tras acabar en la Escuela Oficial de Periodismo hizo prácticas en el diario Pueblo y luego colaboraría en muchas otras publicaciones, como El Alcázar o La Hoja del Lunes. Su tercera gran pasión es viajar. Por ese motivo se alistó en la asociación de periodistas y escritores de turismo, lo que le permitió vivir largas temporadas en Mëxico, Argentina y Venezuela. Además, José Luis es, según nos cuenta, aficionado al esquí, las mujeres, fumar puros, la caza y la pesca. En este aspecto, dice que se ha recorrido todos los ríos de España e incluso tiene algún trofeo de pesca.
Llegamos a su casa y nos enseña su chalé con piscina. Él prácticamente vive en el garaje: un colchón, una mesa, el portátil y un montón de papeles y libros es lo que él llama su "despacho", pero la mayor parte de la entrevista la hacemos arriba, en el salón, rodeado de cuadros y objetos relativos a la pesca y a la caza. Le preguntamos si nos puede contar anécdotas y se nos pone a hablar de la mili, anécdotas cuarteleras que es mejor no reproducir aquí. Nos habla de mujeres ninfómanas y suplantaciones de personalidad.
En cuanto a su poesía, que ha dejado reflejada en numerosos libros, afirma que los poemas le "brotan de tal manera que es como si fuera el alma del agua de un río que rompe su propia presa". Dice que "el verdadero poeta es un bohemio y no pisa el suelo. Le pasa lo que a mí, que teniendo un padre constructor y millonario, he estado en la ruina". En cuanto a los temas de su poesía, asegura que el principal es el amor: "Con todos los años que tengo sigo siendo un romántico, como cuando tenía once. Lo que me gusta es hacer sonetos clásicos de amor y creo que la poesía clásica no debe morir". También tiene poemas de carácter más comprometido o inspirados por la naturaleza.
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