martes, 14 de agosto de 2012

Conexiones: "Solo quiero caminar"/"Notorious"

Y ya puestos con las conexiones veo un nexo de unión entre Solo quiero caminar (Agustín Díaz Yanes, 2008) y Notorious (Encadenados, Alfred Hitchcock, 1946). La conexión quizá sea un poco retorcida, pero voy a intentar explicarla en este artículo lo mejor que pueda. Y que conste que esto es sin ánimo de ofender A NADIE. Como es habitual, las críticas, contra-críticas, refutaciones, opiniones, comentarios, elogios e incluso descalificaciones e insultos son bienvenidos.

Cartel de "Solo quiero caminar"

Portada de una edición en DVD de "Notorious"

Se nos ha vendido una y otra vez el cine de Agustín Díaz Yanes como un cine de actrices, en el que ellas son las protagonistas, casi como una especie de cine feminista, pero si sus anteriores obras no demostraban a las claras lo contrario, su último largometraje, Solo quiero caminar (que, todo sea dicho, deja mucho que desear en otros aspectos, sobre todo en cuanto al guión), deja patente que se trata de un cine totalmete hecho por y para hombres, en el que en ningún momento se nos presenta qué piensan ellas, cómo se sienten cuando, por ejemplo, un grupo de ladronas para dar un golpe tienen que realizar actos sexuales con sus futuras víctimas. Las explícitas imágenes de Pilar López de Ayala, Elena Anaya y Victoria Abril practicando sexo oral a diestro y siniestro (Abril ya lo había tenido que hacer en Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto) resultan obscenas y no parecen justificadas por el guión, más bien parece que el director pensaba que podían ser impactantes. Ese hecho pone en contacto esta película con el cine pornográfico más que con ningún otro género. Vemos esas escenas nunca desde la psique de la protagonista, sino desde un punto de vista externo y neutro, el mismo punto de vista que tienen numerosas películas porno.

Pero parece que esto no tiene nada que ver con la obra maestra del rechonchito y adorable director del East End londinense, película que, por cierto, hace tiempo que no veo y tengo que revisar, y que, incomprensiblemente, André Bazin en su libro de referencia Qu'est-ce que le Cinéma? confunde con Suspicion (Sospecha, 1941), pues es esta la que tiene la famosa escena del baso de leche.

Famosa escena de C. Grant con el vaso de leche posiblemente envenenado en "Suspicion" (A. Hitchcock, 1941)

Por lo que recuerdo, en ningún momento se nos plantea el dilema interno de una mujer espía que tiene que no sólo pasarse al bando contrario forzada por una potencia enemiga, sino también engañar al hombre que ama, casarse y cohabitar con un hombre que se supone que debería odiar, pero en realidad no sabemos si lo odia o no, porque en ningún momento tenemos el punto de vista de la mujer.

Tanto una como la otra obra son obras de y para hombres (como la gran mayoría del cine, para que lo vamos a negar) en el que la mujer sólo aparece o bien como objeto de deseo o como elemento desencadenador de la trama, en concreto, en el caso del tan manido estereotipo de la femme fatale, se trata de la arpía sin sentimientos que le sirve al director para hacer avanzar la trama. 

1 comentario:

  1. Comentario enviado por Carlos Aguilar en persona: "Discrepo un poco. En la película de Hitchcock, el personaje de la Bergman está perfectamente delineado y justificado, revísala. La española es un engendro. Lo del "feminismo" o no, finalmente, me parece un discurso anacrónico que no me interesa". ¡Gracias, Carlos!

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