lunes, 27 de agosto de 2018

Milagros de santos XI: el pozo de San Isidro

San Isidro (1082-1172), patrono de Madrid y de Murcia, fue, según la tradición, un gran obrador de milagros. De hecho, obró nada menos que 438, a cuál más estrambótico. Entre ellos están resucitar a un asno que había sido atacado por un lobo, salvar la vida de una liebre que estaba siendo perseguida por unos galgos y resucitar a la hija de su patrón, Iván de Vargas. Pero el más famoso y, por supuesto, mi preferido, es que salvó a su hijo (llamado Illán y que posteriormente sería santo también) de morirse ahogado, pues se había caído a un pozo. ¿Que cómo lo hizo? Pues rezando. Gracias a su fe, el nivel de las aguas creció y el niño salió a flote hasta el borde del pozo, donde Isidro lo rescató como si tal cosa. Un milagro con estilo.

El pozo, noy parte del Museo de San Isidro. Foto de Javier Suárez

domingo, 26 de agosto de 2018

Milagros de santos X: los libros de plomo del Sacromonte

Una cosa que me flipa de los relatos de milagros de santos (y, créanme, he leído ya unos cuantos) es que siempre que aparecen unos huesos por ahí tirados en cualquier lado, en seguida se les atribuye a tal o cual santo. ¡Ni que estuvieran los huesos etiquetados con nombre y apellido!

Lo que pasa es que en el caso que nos ocupa, hubo quien quiso tratar de usar eso a su favor. Lo que pasa es que cantaba mucho que se trataba de un tongo, probablemente la mayor falsificación de la historia de España, tanto que, de conocer el caso, Orson Welles no dudaría en incluirlo en su ensayo sobre la estafa artística de 1973, F for Fake. Se trata del famoso fiasco de los libros plúmbeos del Sacromonte de Granada, entonces llamado Valparaíso.

La historia tiene un pequeño prólogo y es que en 1588, durante la demolición de una torre andalusí para ampliar las obras de la catedral (¡qué manía tenemos de destruir todo lo anterior!), aparecieron unos huesos y enseguida la muchedumbre dijo que debían ser de San Cecilio, un santo del que no se sabía absolutamente nada y que a partir de aquel momento pasó a ser el patrón de Granada. Así, por sus santos cojones.


Y ahora vamos a la historia propiamente dicha: en 1599 aparecieron en una cueva del Sacromonte (en el mismo lugar donde luego se elevó el santuario que todavía existe) 223 planchas circulares de plomo (sí, ¡de plomo!) de unos diez centímetros que formaban 21 libros. Las planchas estaban grabadas con dibujos indescifrables y textos en latín y en extraños caracteres parecidos a los árabes, que se dieron en llamar salomónicos. Se imprimieron un par de copias en papel y se enviaron, entre otros, a los moriscos Miguel de Luna y Alonso del Castillo para que las tradujeran. Ellos los interpretaron como el quinto evangelio, revelado por la mismísima Virgen María en árabe para ser divulgado en España y que llevaban enterrados ahí siglos. ¡Ahí es nada! En seguida surgió la devoción popular ante tan magníficas apariciones en poco más de diez años: la de las supuestas reliquias de San Cecilio y la del supuesto quinto evangelio.

Hasta ahora hemos omitido el contexto socio-político en el que se encontraba Granada en aquellos años, pero la situación de los moriscos que se quedaron en España tras la conquista de Granada era cada vez más delicada, pese a que los Reyes Católicos prometieron permitirles vivir en armonía con los cristianos. Pero la realidad es que para entonces estaban a punto de ser expulsados, cosa que realmente pasó en 1609. En seguida, los libros plúmbeos y los huesos fueron enviados al Vaticano, donde estuvieron hasta el año 2000, en que Ratzinger los devovió a Granada. Las autoridades eclesiásticas declararon que los libros eran un tongo y no debían ser tenidos en cuenta, bajo amenaza de herejía, pero, increíblemente, ¡los restos de San Cecilio sí fueron considerados auténticos! ¡Toma coherencia!

En fin, las autoridades eclesiásticas en seguida se dieron cuenta de que los libros de plomo en realidad eran una falsificación y culparon a los propios Miguel de Luna y Alonso del Castillo de montar todo el tinglado. Al parecer, ambos cometieron tamaña falsificación con la intención de demostrar que los moriscos también eran cristianos y no solo eso, sino específicamente elegidos por la mismísima Virgen para revelarse. Lo que pasó es que el tiro les salió por la culata.

¡Pero qué cara más dura tienen las autoridades eclesiásticas! Cuando les conviene, bien que permiten que historias totalmente apócrifas se propaguen, pero no fue así en este caso, porque estaba de por medio la posibilidad de expulsar a unos ciudadanos que eran molestos para el entonces poderosísimo estado español.

sábado, 25 de agosto de 2018

Milagros de santos IX: el gallo de Barcelos

Todos tenemos en casa una figurita del gallo de Barcelos, símbolo de Portugal. Por lo menos en mi casa había una que traje del país vecino en una excursión de fin de curso y duró hasta que se rompió.

¿Y por qué hablo de esto en esta sección? Porque este símbolo se debe a un milagro. Según la leyenda, hace mucho tiempo en la villa de Barcelos, al norte de Portugal, se había cometido un crimen que tenía muy preocupados a los vecinos del pueblo, máxime cuando no se había encontrado al culpable. Resulta que un anónimo gallego andaba de paso (en estos milagros siempre tiene que haber un gallego de por medio). Interrogado sobre qué hacía ahí, dijo que se encontraba peregrinando hacia Santiago de Compostela, cosa que no creyeron. Ni siquiera creyeron que fuera devoto de Santiago ni de San Pablo ni de la Virgen.


Lo juzgaron y se le condenó a la horca. Como último deseo, antes de ser colgado, pidió que lo llevaran ante el juez que le había condenado, al que encontraron en un banquete, comiendo gallo asado.

El gallego dijo:

- Soy inocente. Tan cierto como que cuando me ahorquen va a cantar ese gallo.

Obviamente, todos se rieron, pero cuál sería su sorpresa cuando en el preciso momento en el que lo ahorcaron, el gallo revivió del plato y se puso a cantar.

Me pregunto en qué estado estaría el gallo cantarín... o a lo mejor es que no lo habían hecho bien en el horno. El caso es que inmediatamente liberaron al acusado, que todavía no se había muerto.

Lo que no entiendo es por qué al gallego no lo hicieron santo, porque como hemos visto en esta sección, ha habido santos con milagros mucho menos notorios, sin ir más lejos San Benito, uno de cuyos milagros fue arreglar un colador. Tal vez por ser extranjero no lo canonizaron. Ni siquiera ha llegado su nombre hasta nuestros días. En vez de eso, decidieron ponerse a vender gallitos de cerámica como locos.

viernes, 24 de agosto de 2018

IV Ciclo de Realizadores del Cine-Fórum La Claqueta: "Escultores del Tiempo"

El cine-fórum La Claqueta tiene el honor de presentar su cuarto ciclo de realizadores, en el que participarán once de los cineastas españoles más importantes de los últimos años. Tendrá lugar los sábados de septiembre y octubre en el CSA La Tabacalera bajo el título Escultores del tiempo. El nombre genérico hace referencia a la famosa cita de Andrei Tarkovsky, pues se busca que los realizadores expliquen en qué consiste para ellos el oficio de cineasta, usando como ejemplos algunas de sus películas. Tras la proyección, en todas las sesiones este humilde servidor realizará una pequeña entrevista al invitado, tras lo cual se abrirá el turno de palabra para que todo el mundo pueda participar.

En esta ocasión, por primera vez, además de cineastas residentes en Madrid (si bien procedentes de lugares como Salamanca o Lugo), vendrán también para la ocasión otros desde Sevilla y Barcelona.

El ciclo unirá tres generaciones de francotiradores del cine español. Entre los jóvenes talentos, contaremos con la videoguerrillera sevillana María Cañas, el colectivo barcelonés formado por Xavier Artigas y Xapo Ortega, autores de la polémica Ciutat Morta, la pareja de hermanos documentalistas María y Marcos Hervera y Víctor García León, además del premiado en la Berlinale Gabriel Velázquez. ¡Ojo porque esta última sesión no será un sábado, como de costumbre, sino el jueves 6 de septiembre!

El más veterano del elenco será una figura mítica del cine español: nada menos que Ado Arrietta. Vendrá el 7 de octubre. ¡Ojo, que es domingo!

En medio quedan tres cineastas del talento del barcelonés Pere Alberó, experto en la figura de Theo Angelopoulos; Pablo Llorca, y Carlos Iglesias, que, pese a ser más conocido como actor, también es un realizador de gran talento.

Cartel diseñado por Carlos Escolano

Programa:

01/09: María Cañas
06/09: Gabriel Velázquez
08/09: Víctor García León
15/09: María y Marcos Hervera
22/09: Carlos Iglesias
29/09: Pere Alberó
06/10: Pablo Llorca
07/10: Ado Arrietta
20/10: Xavier Artigas y Xapo Ortega

Todas las sesiones serán a las siete de la tarde en la sala de proyecciones del CSA La Tabacalera (C/ Embajadores 53. Madrid). ¡Entrada gratuita!

Anécdota verídica

El otro día estaba cerca de un grupo de chicos de unos 16-17 años poniendo música a todo volumen con un equipo portátil. De repente suena el "Cara el sol", lo que me enojó y les dije:

- ¡Fuera de aquí! ¡No queremos fachas aquí!

A lo que respondieron:

- Si no sabemos quién es ese señor.

¡Pero si yo no había dicho nada de Franco!