viernes, 27 de julio de 2012

Crítica de "The Dark Knight Rises"

Esta crítica es un ejercicio para el taller que impartió Jordi Costa en el curso de verano de El Escorial sobre crítica cinematográfica. Quiero agradecer la ayuda y elogios del profesor y mis compañeros, que me ayudaron a mejorarla, especialmente a Daniel Arrieta.

Batman es pro-sistema y los malos son del 15-M

Voy a empezar esta crítica con un poco de historia personal. Nunca he sido un apasionado de los cómics de superhéroes. En el verano de 1989, cuando salió la primera entrega de la serie (Batman, Tim Burton) yo era un tierno adolescente (más bien debería decir un niño) y por primera vez en mi vida fui testigo de una campaña de publicidad y merchandising masiva y agresiva.


¡Cómo no! Fui a ver la película que se anunciaba con tanta fanfarria, de la que tanto se hablaba, de la que regalaban camisetas y muñequitos y de la que había hasta tres discos distintos a la venta con música extraída de la banda sonora. Debía ser una maravilla –pensaba yo- y, claro, como suele pasar después de tan altas expectativas, me llevé una gran decepción. De nuevo por primera vez en mi vida, descubrí una amarga lección, que la publicidad de un producto no tiene nada que ver con su calidad, que se trataba de una manera de engatusarte para que fueras al cine y ahora ya era demasiado tarde, ya había picado.

Al empezar de nuevo el curso escolar mis amigos, fans de los cómics de superhéroes de toda la vida me preguntaron si había visto la película y si me había gustado. Al decirles mi opinión me abuchearon. No podía creer que a ellos sí les hubiera gustado. Al final me vinieron a reconocer que no era una gran película pero que “molaba que hubieran llevado a Batman a la gran pantalla”.

Cuento todo esto para demostrar que muchos de los que dicen que les gustan las películas de esta serie en realidad lo que les gusta es el personaje y también para que se entienda por qué no fui a ver más películas de la serie, con lo cual he decir que no me siento muy cualificado para escribir esta crítica, pues la vi fuera de contexto.

En general la película me pareció flojísima, de duración excesiva y música sobreacentuada, pero supongo que a mucha gente le gustaría porque lo espectacular de los efectos especiales y lo liado de la trama les harían pensar que pasaban muchas cosas. Por otro lado, haciendo una lectura ideológica del film, ésta me resulta muy retrógrada, una alegoría de los movimientos que se están viviendo actualmente en contra de la clase política y la banca en la que los buenos (Batman y compañía) están a favor del orden tradicional y los malos son una especie de revolucionarios guevaristas mezclados con lo que Intereconomía llama “perroflautas”. En este sentido, me resulta muy gráfico cómo, para la película, salir de una prisión en Oriente Medio resulta una gesta, mientras que abrir otra en Estados Unidos es un gesto revolucionario que únicamente logra que haya un montón de asesinos sueltos. Me extraña este posicionamiento político tan descaradamente reaccionario por parte de un director como Christopher Nolan.



No vamos a entrar en las numerosas contradicciones y cabos sueltos existentes en el entramado de la película, parece que el realizador ha hecho la película deliberadamente embarullada para que no nos fijemos en eso. Lo que sí no podemos evitar es quedarnos con su lectura ideológica, tan obvia.

Creo que no merece la pena detallar en esta crítica la labor de los distintos actores, en su mayoría británicos, elegidos para encarnar los numerosos personajes de la cinta, pues ninguno hace una intervención destacable, con la excepción del siempre genial Michael Caine.

Soy un fan del Nolan de Following (1998), Memento (2000), The prestige (El truco final, 2006) e Inception (Origen, 2010). Sin duda se trata de uno de los mejores directores de cine de nuestro tiempo. Por eso, no entiendo cómo acepta este tipo de encargos, a no ser que sea como una manera de financiar futuros proyectos más personales. Tim Burton hizo exactamente eso y le salió una ora tan redonda como Ed Wood (1994). Esperemos a ver qué nos depara el futuro.

Me pregunto si la historia se repetirá y los quinceañeros de hoy en día tendrán la misma que yo tuve a su edad o pensarán “no es una gran película pero Batman mola”.

lunes, 23 de julio de 2012

Entrevista con Miguel Noguera

"No me invento las ideas, son cosas que me pasan y apunto" 

Miguel Noguera es un genio de nuestro tiempo. Un humorista de tomo y lomo que genera tanto seguidores como acérrimos detractores. ¿Cómo lo logra? Nos lo cuenta en esta entrevista.

 

Miguel Noguera firmando libros. Foto: De la Vega

- ¡Joder! ¿Cómo se te ocurren esas ideas tan graciosas?
- Ah, ésa es la pregunta… Tampoco son graciosas. Simplemente son cosas que observo durante el día, cosas que veo y que apunto y lo que cuento luego sobre el escenario es casi exactamente eso, lo que escribo, sólo que les añado algún cambio o alteración que las convierten en las ideas que aparecen en el Ultrashow. No salen del vacío, sino que son ideas que he visto fuera de mí y anoto para luego explicarlas.

- Invéntate una ahora mismo para los lectores de El blog de Jesús de la Vega.

- No, es que nunca me las invento, no se me ocurren, son cosas que tengo apuntadas. Te puedo leer alguna de mi libreta, pero no me interesa inventármelas, es más, me aburre. Por ejemplo, aquí tengo una anotada y es que tuve un sueño en el que a una señora le disparaban a las plantas de los pies. Luego decido si la voy a contar en el Ultrashow o hacer un dibujo o qué. Esta, por ejemplo, es más visual, no tendría sentido contada.

- ¿Has leído mi crítica a Ser madre hoy que apareció en este blog? ¿Buena, eh? ¿Te habían llamado “genio” anteriormente?

- Sí, a veces se me ha calificado así pero, en fin, son formas de hablar. No sé, no me considero un genio en absoluto.

- Por cierto, muy gracioso lo del humo de rayos y la Carbonero, que no aparece en el texto del libro sino en las notas al final (¡qué erudito!).

- Se me ocurrió viendo el anuncio. Si te fijas, hay gente que saca mucha punta a determinada situación, mediante sus comentarios o descripciones. No soy el único. Esa capacidad existe en todo el mundo. Pues bien, viendo ese anuncio observé el humo hecho del rayo mismo y se me ocurrió la idea.  Para dedicarte a esto de la creación tienes que utilizar la función lírica del lenguaje, es decir embellecer, dedicar tiempo a pensar en una idea… Yo lo que decidí es no pasar de ese estrato y presentar las ideas en el espectáculo en bruto. Yo lo que hago es poner una percepción de estas y explicarla tal cual pero el punto del que parto es el mismo del de cualquier persona que crea cosas. Quizá lo mío es más básico porque me quedo en eso, luego igual se me ocurre algo más delante del público o improviso, eso me gusta mucho, sale normal en mí, mientras que otra gente que se dedica a esto lo estructura de otra manera, convierte estas ideas en historias con personajes o les da un hilo y las convierte en una novela...

Este es el anuncio del que habla Noguera. ¿A que mola?

- Pero eres distinto de otros humoristas en el sentido de que utilizas juegos lógicos más que de palabras.

- Sí, en cierto modo sí, algo hay de eso, pero hay una parte poética también. No es sólo la paradoja sino que hay un juego en torno a ella que me gusta hacer. Sino sería sólo una serie de frases cortas y ya está. Lo que hace entretenido mi espectáculo o que la gente tenga esa demanda es cómo la explico o lo que surge cuando la explico, porque en realidad las ideas son impersonales y cualquiera las observa. Eso lo puede tener cualquier persona. Lo que quizá me hace diferente a mí es cómo las explico yo.

- Tus ideas las escribes, las dibujas (tú o tu colaborador Jonathan Millán), las cuentas y también las cantas. ¿Tienes pensado hacer algo más con ellas?

- Sí, tengo esas cuatro maneras, pero en el fondo es la misma. Cantar es como hablar pero con notas, pero que una idea la cante en lugar de que la diga no aporta nada, aunque, bien pensado, sí aporta, porque al cantar expreso mi forma de ser. Se trata de un equilibrio entre la idea, paradoja o chiste raro y mi forma de ser característica.

- Por cierto, ¿sabes que cantas muy bien? Y eres muy guapo.

- Sí, sí, sí, desde luego. Bueno, canto normal, lo que pasa es que no desafino. La afinación es importante. No me dedico a cantar pero bueno… Y lo de guapo, no… bueno, sí.

- ¿Qué nos tienes reservado para tus ultrashows en Madrid el 26 y 27 de julio?

- Una selección de las ideas que estoy explicando actualmente en el Ultrashow. Yo tengo tres tipos de actuación: 1. Sin imágenes, 2. Con presentación de power-point que de fondo, y 3. Con Daniel Granados a la guitarra. Las actuaciones de Madrid creo que van a ser del segundo tipo, pero aviso a los que vinieron a mi reciente actuación en Móstoles que algunas ideas van a estar repetidas. Pero sólo algunas, eh, no todas.


- Ahora una batería de las típicas preguntas chorras que hacen en las entrevistas-fórmula que normalmente salen en la última página de diarios tan entrañables como El País. ¿Gonorrea o tuberculosis?

- Espera… Gonorrea, que creo que es menos grave, tengo entendido… No, no, perdón, cambio. Pon tuberculosis, porque tiene vacuna y no te pasa nada, además no tiene esa connotación sexual. Tuberculosis hoy.

- ¿Cortarse las venas o sobredosis de pastillas?

- Lo de las pastillas, ¿no? Lo de las venas muy mal, muy mal asunto, porque la gente no se muere, los cogen a tiempo. Yo prefiero eso. Tengo entendido, no es por experiencia propia.

- ¿Kiko Matamoros o George W. Bush?

- Kiko Matamoros, claro, al menos no tiene tanto poder como tuvo el otro en su día.

- ¿Qué tres instrumentos de laboratorio te llevarías a una isla desierta?

- Un mechero Bunsen, algo para cortar como un bisturí o una navajita y luego… no sé, me falta uno… en todo caso algún medicamento… no, un medicamento no… mejor cambio: el mechero y dos bombonitas de butano. Sí.

- Pues sí que...

sábado, 21 de julio de 2012

Crítica de "Bleeder"

Drive (Nicolas Winding Refn, 2011) me gustó tanto que la fui a ver tres veces al cine y ahora me he propuesto ver las anteriores películas que hizo este director en su país, Dinamarca, antes de mudarse a Hollywood. Bleeder (Fuera de sí, 1999), el segundo largometraje del danés, es la primera que veo. El comienzo de la película no pudo ser más atractivo para mí por sus citas cinéfilas a películas y directores de serie B, en concreto a tres de mis mitos: Jesús Franco (al que citan en el mismo diálogo que gente como Bergman o Tarkovsky), Paul Naschy y Ed Wood.

Atención a la camiseta de Mikkelsen con el cartel de  "La marca del hombre lobo", con Paul Naschy

La cinta nos narra varias historias que se van cruzando, entrelazando historias de amor, ternura y violencia, si bien la violencia se lleva la mayor parte. En este sentido la película me recordó bastante al primer Tarantino, por las escenas de violencia explícita. También me recordó a Tarantino algunos diálogos aparentemente banales pero muy bien llevados y hay también una clara referencia al director de Tennessee en el personaje interpretado por Mads Mikkelsen, un actor que me gustó mucho y que es tal vez el único personaje masculino amable de toda la película.

En la parte técnica parece que Refn debe mucho, aparte del citado Tarantino, a otro de mis ídolos: Sam Peckinpah, por su estilización de la violencia, con imágenes muy bellas a la vez que muy duras. También en otros momentos el director sabe expresar ternura con otro tipo de planos, como en las escenas en las que aparecen niños. En general, y sin ser un gran experto en fotografía, puedo decir que el director y su director de fotografía, Morten Soborg, han hecho en esta cinta un buen trabajo al conseguir una unidad de estilo fotográfico, con su uso de la pantalla panorámica, multitud de primeros planos y una gran amplitud de campo.

En definitiva, este film no me encantó pero sí me resultó muy interesante para ver de dónde vienen parte de los grandes hallazgos de Drive, cuyo director, si hemos de tener en cuenta la cantidad de citas que aparecen en esta obra, es sin duda un cinéfilo empedernido.

Carátula de la versión en DVD

Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0161292/
Ficha en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film783130.html

Mini-crítica de "Pedro Páramo"

Pedro Páramo (Carlos Velo, 1967) está basada en la que probablemente sea la novela nacional mexicana, escrita por Juan Rulfo. Llevaba tiempo con ganas de verla pese a que no soy un gran admirador de la novela, que leí hace tiempo, animado por la gran opinión que tenía de ella Luis Buñuel, director muy cercano a Velo y que durante años quiso llevarla a la pantalla, si bien finalmente fue el director galaico-mexicano el que lo hizo.

Para ser sincero, la película se me hizo lenta (me parece que Velo destaca más como director de documentales), pero refleja muy bien en la pantalla los temas principales del libro: la sensación de yermo de la tierra de Comala (que podría ser la de todo México), el machismo, el caciquismo, la inutilidad de los sentimientos humanos, que se encuentran en la película elevados a su máxima potencia y a la vez mezclados (quizá el tema que interesara a Buñuel en la novela y que me recuerda a Wuthering Heights, otra de las novelas preferidas del sordo de Calanda). No entiendo las críticas que se hicieron a la elección de John Gavin (famoso, entre otras cosas, por su papel en Psycho y por ser el primer embajador a México de la administración Reagan) para el personaje principal, pues en mi opinión el papel le viene como anillo al dedo y es de lo mejor de la cinta (me imagino que su voz habrá sido doblada).

Me parece que el modo de filmar la película debe algo al cine de Buñuel, en especial a El ángel exterminador (con la que comparte al actor Augusto Benedico), sobre todo en el hecho (ya propuesto por los pioneros rusos pero llevado al culmen por el director aragonés-mexicano) de desconectar la banda sonora con la imagen.


De esta película ha dicho el crítico Carlos Aguilar: "Pese a la arriesgada y no siempre lograda traducción de los complejos tiempos narrativos del original al lenguaje cinematográfico, la competencia profesional de Carlos Velo consigue que el alucinante mundo de Rulfo encuentre un marco formal adecuado, que destila las constantes de éste con fidelidad: irrealidad, miseria y muerte. Un film importante, que constituye algo más que una modesta curiosidad".

Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0062108/
Ficha en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film433260.html

viernes, 20 de julio de 2012

Mini-crítica de "La ventana"

La ventana (Carlos Sorin, 2008) es probablemente la película del genial director de La película del rey (1986) y El camino de San Diego (2006) que menos me ha gustado. Curiosamente, las mismas señas de identidad del cine del director argentino, cuya peculiar estética descubrí con Bombón (El perro) (2004), y que tanto apelan a mi particular gusto cinematográfico, en este caso se han vuelto en contra de la película, pues la artificialidad de los actores no profesionales, mezclado con tomas, planos y movimientos de cámara de gran belleza, dan un resultado ñoño, al contrario que en las películas mencionadas arriba. Creo que esto se debe a lo flojo de este guión, que no parece obra de autor de Historias mínimas (2002), lo que vuelve a confirmar una vez más que un buen guión es el esqueleto de toda película, pues si falla esto no importa que estemos ante un buen director, montador o fotógrafo.

No es una película que recomiende, pese a haber ganado multitud de premios en festivales internacionales, ni siquiera a irredentos fans de Sorin como yo.



Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt1285144/
Ficha en filmaffinity:  http://www.filmaffinity.com/es/film163816.html

lunes, 9 de julio de 2012

Crítica de "Mercado de futuros"

El documental Mercado de futuros (Mercedes Álvarez, 2011) parte de postulados muy similares a los del primer largometraje de la directora -el muy lírico y rural El cielo gira (2004)-: mostrar la poesía subyacente en el mero paso del tiempo, sólo que en esta ocasión desde una perspectiva urbana. Como yo soy más urbano que rural, me ha interesado mucho más esta segunda entrega, en la que se hace un paralelismo entre los brokers que negocian con grandes cantidades de dinero en un segundo y los vendedores del mercado de Les Encants de Barcelona, en concreto con un supuesto vendedor que se pasa el día en su puesto intentando no vender nada.


Pese a ser más urbana, esta segunda entrega en la carrera de Mercedes Álvarez no es menos lírica que la primera, con multitud de detalles y momentos a la vez realistas y poéticos. Curiosamente, la película logró en mí un efecto que no creo que sea el deseado por la autora, que me atrevo a aventurar que es mostrarnos lo mal que viven los vendedores modernos y lo bien que vive el vendedor a la antigua, pues me resultó super-interesante el fragmento de conferencia en el que un gurú del marketing nos explica las cinco razones por las que la muñeca Barbie perdió un tercio de sus ventas a manos de las Bratz. Por desgracia sólo llegamos a ver la parte en la que el economista nos explica una de ellas, dejándonos intrigados acerca de las otras cuatro.

Por supuesto, ésta es mi lectura personal pero la grandeza del cine de Álvarez es que cada espectador puede hacer una totalmente distinta.

Otro tema de la película es la pérdida de la memoria. Al principio de la película se ve cómo se desmantela una casa vieja para luego vender sus libros, cuadros y adornos (descontextualizados y literalmente pisados) en un puesto de objetos de segunda mano. Como dijo Julio Caro Baroja, en un país tan conservador como el nuestro, lo primero que hacemos cuando mueren los padres o los abuelos es tirar sus libros.

Uno de los grandes aciertos es la fluidez de la cámara de la directora. Por ejemplo, cuando nos lleva al mercado da la sensación de que hace un barrido para encontrar al personaje más gracioso de todo el mercado y desde ese momento, la cámara ya no se aleja de él, este gran actor que hace de sí mismo y que merecería al menos un Oscar, con una vis cómica que parece no pretendida... ¿o tal vez sí?

También en este sentido son dignos de elogio los bellísimos planos de transición, tan líricos, que Álvarez pone para separar los bloques que componen la película. U otros momentos de la cinta que pueden ser fotografías a fotografías o incluso películas sobre películas e incluso llegan a ser críticos y políticos, como en el que vemos un bonito edificio que resulta ser un simple telón cuando se abre una puerta y sale alguien de ella, mostrando lo falso de la industria inmobiliaria y de la economía capitalista actual.

Algo que ha mejorado técnicamente Álvarez con respecto a su primera incursión es su uso del sonido directo, pues en la primera película no se entendían muchos de los diálogos. Ese aspecto es en esta ocasión impecable.

En resumen, una obra maestra del documental lírico (y humorístico, si existen tales géneros) que nadie se debería perder. Es una pena que se haya visto poco en las salas comerciales y de que ya la etiqueta de "documental" eche para atrás al público general. Estoy seguro de que a mucha gente, si supiera que esta película existe y tuviera ocasión de verla, le gustaría.

Yo con Mercedes Álvarez y el director Daniel V. Villamediana

lunes, 2 de julio de 2012

Mini-crítica de "Portrait of Jennie"

Portrait of Jennie (Jennie, William Dieterle, 1948) era una de las películas favoritas de Luis Buñuel... y mías. Puedo entender por qué interesó al genio surrealista esta película de cine fantástico, que me recuerda un poco a una de las novelas favoritas del sordo de Calanda y de todo el grupo surrealista parisiense: Peter Ibbetson, de George du Maurier (también llevado a la pantalla por Henry Hattaway), e incluso a otra novela que no creo que le gustase por su sentimentalismo, pero a mí sí: Le grand Maulnes, de Alain-Fournier, dos ejemplos del amour fou que tanto gustaba a los surrelistas. Lo digo por ese nunca saber si la protagonista, la niña Jennie, es real o solamente un producto de la torturada mente del artista que encarna Joseph Cotten.

Esta segunda vez que la vi me quedé sobrecogido, aparte de por la bella y extraña melodía que canta el fantasma de Jennie cuando colegiala, por los bellísimos planos en los que Adams y Jennie patinan en el hielo con los rascacielos y el sol de fondo, planos cuya belleza no había captado la primera vez que vi la película, quizá por lo absorto que estaba en la trama de esta película de fantasmas, pues el argumento es tan sobrecogedor que uno no se para a observar en los detalles técnicos. Los cinematógrafos de la película, Joseph August y Lee Garmes, supieron captar a la perfección el ambiente frío, nevado y brumoso de Nueva York en invierno, lo que da a todo el filme un ambiente muy propicio para la historia de nebulosos espectros que se nos quiere contar. También en esta segunda visión me pude fijar más en los efectos que usa August en diferentes momentos de la película, en los que le imprime a la fotografía una textura que da la sensación de que estamos viendo un lienzo con movimiento, parte de unos muy notables efectos especiales por los que la película recibió un Oscar.

La primera vez que vi la película no me había fijado tampoco que la actriz que encarna a la monja preferida por Jennie en su colegio era la gran actriz del cine mudo Lillian Gish.

Quizá la única pega que para mí tiene esta obra maestra del cine fantástico, cargada de amor y romanticismo, es que el final se me hizo un poco lento las dos veces que la he visto.


Luis Buñuel dijo de esta película: "Me entusiasmó Portrait of Jennie, obra desconocida, misteriosa y poética. Declaré en alguna parte mi cariño a esta película y Selznick me escribió para darme las gracias".

El propio Dieterle afirmó 24 años después de rodar la cinta: "Me gusta esta película, pero pertenece tanto, sino más que a mí, a Selznick. Siempre trataba de hacerlo mejor que con Gone with the Wind. Yo había leído el tratamieno de Portrait of Jennie y le había convencido para que se atreviese a hacerlo, porque era algo diferente, un pequeño film intimista y romántico. Pero durante el rodaje empezó a añadir kilómetros de diálogos, luego convirtió la tempestad en un huracán...".

El crítico y artista griego amigo de Buñuel Ado Kyrou afirmó a propósito de esta película: "¿Hay algo más exaltante que la victoria del amor sobre la muerte y el tiempo, victoria muy realista y sin embargo envuelta en un misterio deslumbrante" y la colocaba en la categoría de Peter Ibbetson (que conste que el autor de este blog no sabía esta relación que hacía Kyrou cuando escribió la mini-crítica de arriba).

El crítico Jacques Lourcelles dijo de ella: "El film tiene su lugar entre los grandes sueños románticos de Hollywood. Lo que lo hace único es su visión de una Nueva York invernal y onírica, lugar privilegiado de los primeros encuentros entre dos personajes que viven cada uno en una dimensión temporal diferente. La fotografía es una de las más bellas del cine americano. Consigue maravillosamente dar fuerza pictórica y oética, matiz fascinante, a este extraño idilio en el que el poder del arte, más aún que el del amor, triunfa sobre el tiempo, sus ilusiones y sus trampas".


El crítico Hervé Dumont, en su libro William Dieterle. Antifascismo y compromiso romántico (1994), escribió sobre ella: "Con Portrait of Jennie, nuestro cineasta entrega su obra más notable -y la más conocida- de posguerra, pero también la de rodaje más agotador, por no decir de pesadilla. Esta cima del onirismo en el cine (...) requerirá dos años de trabajo y determinará la suerte de Selznick International.". Sobre el relato de Robert Nathan aparecido en 1940 en el que está basado, lo califica de "extraño y frágil" y afirma: "la magia, el fatalismo y la melancolía de esta historia seducen a Dieterle". Sobre la película aseguró: "Junto con The Ghost and Mrs. Muir (J.L. Mankiewicz, 1947), que la precede, y Pandora and the Flying Dutchman (Albert Lewin, 1950), que la sigue, Portrat of Jennie forma la cumbre insuperada de una corriente de películas de fantasmas, inmensamente popular después de la guerra".

"Dieterle y August", continúa Dumont, "rehusan acudir a los efectos truculentos del cine de terror o a contrastes violentos de claroscuro (...) y August recurre a su antiguo material de los años 10. Juntos, proceden a largos experimentos a fin de acentuar la delicada puesta de lo fantástico, con pinturas sobre cristal, efectos de filtro y contraluz, así como con la luz del norte. Desarrollan un estilo de iluminación "impresionista" que mantiene pequeñas manchas de luz junto a zonas de penumbra en un mismo plano, y usan también blancos y grises velados, creando así una atmósfera de extrañeza, que acaban de completar unos encudres extremadamente estudiados y las tonalidades fascinantes de la música de Debussy".

"Portrait of Jennie tiene la singularidad de ofrecerse como un rompecabezas espacio-temporal cuyos temas recurrentes son el arte -símbolo de eternidad-, pero también el viento y el mar -símbolos de destrucción-. Las imágenes de Dieterle aportan a este cuento, que podría ser frío y académico, una dimensión apasionada, hecha de calidez, angustia, sufrimiento y, finalmente, serenidad. Al parecer solamente en los instantes de desesperación, jennie aporta la inspiración artística y recibe el amor. Esos momentos mágicos en su sencillez compensan ampliamente de toda la verborrea seudometafísica que enmarca y lastra a veces el relato", dice Dumont.

El crítico español Carlos Aguilar la valora así en su edición de 2009 de la Guía del cine: "Extraña y sugestiva realización sobre el retrato de una chica que parece no existir (...). Permanece como toda una curiosidad dentro de la grisácea carrera de Dieterle, y cuenta con un esplándido cuarteto de actores".

El equipo coordinado por Leonard Maltin para su Movie Guide (2011) le da tres estrellas sobre un máximo de cuatro y la califica así: "Strange otherwordly girl inspires penniless artist. David O. Selznik craftsmanship and a fine cast work wonders with foolish story based on the Robert Nathan novella".

Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0040705/
Ficha en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film104497.html