domingo, 31 de diciembre de 2017

Arqueología musical I: "Gitana"

Descubrí los versos "Sé que nunca fuiste mía / ni lo has sido ni lo eres / pero de mi corazón / un pedacito tú tienes" en esta canción de Mano Negra.


Tiempo después oí en algún bar la canción "Gitana", interpretada por el salsero del Bronx Willie Colón, y cuál fue mi sorpresa el descubrir los mismos versos.


Más tarde escuché otra versión de la misma canción, la del ex chorbo José Ortega, Manzanita. Durante mucho tiempo pensé que sería un cover de la anterior.


Mucho después descubrí que era al contrario. La original es la de Manzanita. Es curioso, porque en internet hay un montón de páginas dedicadas a esta canción en las que asumen erróneamente que la original es la de Colón.

¿Vosotros cuál preferís? A mí me encantan ambas. No se puede negar que Colón le dio su estilo salsero y, en especial, me encanta cuando, en la última parte, empieza a improvisar sobre el estribillo cantado por voces femeninas.

Hace un par de años, en uno de mis primeros espectáculos de palabra hablada, propuse a los que me siguen en facebook que eligieran su frase favorita de las que pongo en el blog. La convocatoria fue un fracaso. Tan solo una persona contestó y precisamente eligió la rima que he mencionado al principio de esta entrada, que había publicado como cita (claro está, acreditándola erróneamente a Willie Colón). Eso sí, muy políticamente correcta ella, la chica en cuestión me pidió que la hiciera sin sesgo de género, diciendo algo así como "Nadie es de nadie", lo cual demuestra una vez más que si a la poesía se la convierte en algo políticamente correcto, pierde toda la gracia.

martes, 12 de diciembre de 2017

Milagros de santos III: el misal mozárabe

Seguimos con los (supuestos) milagros. Durante la reconquista, había grandes polémicas entre los nobles y reyes hispánicos y también entre los hombres de iglesia, sobre qué liturgia se debía emplear en la misa, pues unos apoyaban el rito hispánico (proveniente de los días de los antiguos suevos y visigodos) y los otros, el canon romano.


Parece ser que en la época en la que los cristianos reconquistaron Toledo (1085), la batalla ya se había decantado prácticamente del lado del rito romano, apoyado por el rey Alfonso VI (1040-1109), pero los cristianos toledanos no estaban de acuerdo, pues la población mozárabe se negaba a abandonar el rito que durante tantos años y con tanto trabajo habían conservado. Según la Estoria de España, crónica castellana del siglo XIII, para resolver el conflicto, se hizo un combate ordálico, es decir, una especie de duelo en el que un paladín defendería cada uno de los dos ritos. Venció el defensor del rito hispánico pero Alfonso VI (mal perdedor) no aceptó el resultado, así que se procedió a un juicio de ordalía, en el que fueron sometidos al fuego dos ordinarios de la misa, uno hispánico y otro romano y se esperaba que Dios evitaría que se quemase el misal que fuese de su agrado. Alfonso VI volvió a desconocer el resultado desfavorable. Al parecer, como el misal hispánico no se quemaba, el propio rey se acercó a la hoguera y lo pateó hacia las llamas, declarando al rito romano vencedor. Un milagro con una "pequeña" ayudita.

Más milagros de santos: la Almudena

Sigamos hablando de milagros de santos. ¡Es que son de traca! Son una fuente inagotable de material para monólogos de humor y lo mejor es que el humorista no tiene que tener fantasía ni imaginación, le basta con documentarse.

¿Os parece arte visigótico?

Hoy vamos a hablar del milagro de la Almudena de Madrid. Resulta que, según la tradición, cuando los moros estaban a punto de llegar (a principios del siglo VIII), los visigodos escondieron todas las estatuas de santos, supongo que con la esperanza de pronto volver y sacar las imágenes de sus escondites. Una de estas estatuas era la de la virgen María y se escondió en Madrid. Solo una familia era la encargada de recordar el lugar exacto en que estaba. Como sabéis, la estancia de los moriscos en la península no fue precisamente breve. La cuestión es que (vuelvo a decir que todo esto es según la leyenda), tras la reconquista de Madrid (1085), los cristianos empezaron a buscar como locos la estatua detrás de todos los muros de la ciudad, que debió quedar como un queso de Gruyère. De la familia solo quedaba una tal María, pero fue de poca ayuda. Pero, milagrosamente, la encontraron (o eso dijeron)... Y tan milagrosamente, como que fue durante el paso de una procesión. La procesión iba pasando al lado de la antigua muralla árabe, de la que todavía se conservan las partes que no horadaron los esforzados buscadores de estatuas ni los posteriores especuladores, y por arte de magia en ese mismo momento se derrumbó un lienzo de la muralla y ahí apareció la estatua, rodeada de velas ¡¡¡QUE ESTABAN TODAVÍA ARDIENDO!!! Justo al lado estaba la iglesia de la Almudena, mejor dicho la mezquita reconvertida en iglesia (luego derribada y en cuyo lugar está ahora la catedral). Hoy día, en el muro lateral de la catedral, hay una inscripción que todos podéis ver y que dice que en ese lugar exacto estaba el antiguo tramo de muralla islámica donde se encontró la famosa estatua y ahí mismo se encuentra una escultura de la virgen de la Almudena. Lo que no explica el letrero es si es la misma, pero cualquiera con un mínimo conocimiento de historia del arte puede deducir que la estatua que ahí está no pertenece a la época visigótica.