domingo, 13 de mayo de 2012

Crítica de "Torero!"

Torero! (Carlos Velo, 1956) es una obra maestra del cine que mezcla magistralmente imágenes documentales con otras reconstruidas (hasta el punto de que a veces es difícil distinguir unas de otras), en lo que podríamos llamar un documental ficcionalizado de gran lirismo, con el torero Luis Procuna interpretándose a sí mismo de un modo magistral, sin pizca de antinaturalidad y con un aplomo ante la cámara digno de al menos un Oscar, destacando las idílicas imágenes de su vida en familia, que gracias a la naturalidad de Procuna en ningún momento resultan cursis.

Publicidad en la prensa mexicana de la época

La película empieza con Procuna en la actualidad de 1956, un domingo en el que se prepara para ir al ruedo. Mientras es conducido a la plaza empieza a pensar en su vida y así, en un largo flashback, se nos cuenta la vida del torero con imágenes recreadas mezcladas con fragmentos de noticieros. Ahí está, en mi opinión, el gran logro de esta película, en cómo el director gallego logra una continuidad entre imágenes de noticiero y de ficción que tienen distinto formato, calidad, encuadre, angulación, luminosidad... Desde luego, Velo y sus montadores, Miguel Campos y Luis Sobreyra, hicieron un gran trabajo para lograr minimizar este desfase al mínimo. Para ello, las imágenes reconstruidas están tomadas desde el punto de vista adecuado para que casen con las imágenes documentales. Ahí se nota la pasión de Velo por los grandes pioneros del montaje ruso, que él tanto admiraba, y también me recordó al Welles de Othello o al Hitchcock, pues ambos rodaban la película con el montaje final en la cabeza. Por supuesto, esto requirió doblar las imágenes documentales, pero hasta ahí el saber hacer del equipo de Velo es muy bueno, pues a penas se nota este "truquito".

Voy a analizar con más detalle dos momentos de la película para que se entienda mejor mi tesis. Cuando el toro coge y mata a Joselillo, el novillero amigo de Procuna, en el momento de la cogida la cámara va a la parte del tendido donde está el matador y tanto él como el resto del público finge haber presenciado en ese momento la cogida, cuando, obviamente, esta imagen está preparada. Lo mismo ocurre cuando Procuna va a España y visita la tumba de Manolete. A él nunca se le ve en el mismo plano con la tumba, pues, obviamente, las imágenes del matador están tomadas en México y las de la tumba son probablemente procedentes de algún archivo. Sin embargo gracias a la magia del montaje y al buen hacer del equipo de Velo, la secuencia resulta completamente creíble y nada chirría en ella. Hasta da la sensación de que ambas tomas tienen la misma luz.

Dentro de ese gran flashback, presonalmente me emocionaron las imágenes que muestran a Procuna aprendiendo el oficio de matador, con primerísimos planos de los actores que me llevaron al éxtasis visual.

También cabe destacar la fluidez del texto, al parecer escrito por Velo basándose en los recuerdos de Procuna. Me parece de una gran valentía por parte del matador que aceptara participar en esta película y leer ese texto, en el que admite tener un triple miedo cada vez que entra en la plaza: miedo al toro, miedo al público y miedo a tener miedo.

En especial me encantó la última parte de la película, en la que se muestra una corrida supuestamente real. No sé si realmente ocurrió tal como se muestra en el film en la realidad, pero en todo caso, se trata de un final muy cinematográfico, a lo Griffith, con salvación en el último minuto. Procuna vence en el ruedo y llega a casa ileso, pero (y ahí está lo genial de este final) ¿y el próximo domingo?

El torero mexicano Luis Procuna

De esta película, Carlos Velo dijo: "En esos días de gloria para Teleproducciones y su brillante equipo de directores y técnicos llegan de Hollywood, huyendo de la persecución macarthysta, el productor George Pepper y el escritor Ugo Butler, quienes buscan escenas de archivo para un documental sobre la tauromaquia. La diea de producción era demasiado ambiciosa y poco a poco se redujo a una biografía de Luis Procuna, con secuencias adicionales que Butler sugiere y yo voy firmando, eventualmente, para enriquecer los montajes de escenas reales de las corridas donde Procuna triunfa o fracasa, luchando con el toro, el público y el miedo".

"Este trabajo en ensamblar documentos de cineteca con reconstrucciones muy precisas de la vida y el arte de Procuna para obtener un docudrama taurino "cuyo contenido rebasara el ruedo y los matadores", según dijo Sadoul cuando Torero triunfó en el Festival de Venecia, me absorbe por completo (...). Zazvattini vio la película Torero en primer corte y me animó mucho a terminarla, porque era par él una narración autobiográfica y realista del miedo a morir de un hombre "que sólo trabaja los domingos"".

Román Gubern ha dicho de ella: "Torero nació del paciente y sabio ensamblaje de escenas documentales rodadas para el film, de selección de imágenes de archivo y de otros episodios de la vida de Procuna reconstruidos ante las cámaras por Velo (...). Torero es, además de una biografía de Procuna, una reflexión crítica acerca de la naturaleza de la industria tauromáquica. Presentado con inmenso éxito de crítica en el Festival de Venecia (y en Cannes fuera de concurso), Torero sería considerado unánimemente como el mejor film taurino de la historia del cine".

Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0051099/
Ficha en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film530545.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario