Desde que vivo en Madrid me ha llamado la atención que una céntrica calle está dedicada a Nuestra Señora de los Peligros. Lo curioso del nombre me hizo investigar y resulta que, al igual que en el caso de San Isidro, esta advocación de la virgen María se venera tanto en Madrid como en Murcia. Según la tradición (coletilla que siempre hay que usar en estos casos), en la Edad Media un murciano que había hecho fortuna en Madrid se encontró una talla de la virgen e inmediatamente la identificó como la Virgen de Sopetrán y le dio culto en su casa. Pero cierta noche soñó que la talla (o la virgen) le pedía que quería ser venerada en Murcia, donde la llevó, al parecer con gran éxito pues hasta el día de hoy es adorada ahí. En Madrid hay otra talla, en la iglesia precisamente llamada de Nuestra Señora de los Peligros, en la calle Joaquín Costa, cerca de la avenida de América.
Pero vamos al grano. ¿A qué se debe el nombre de esta virgen? Resulta que, siempre según la leyenda, una madre desesperada al ver que su hija había caído a
un pozo invocó a la Virgen para que la salvara de los peligros de
golpearse, morir ahogada y ser arrastrada hasta la alcantarilla. No sabemos si la se lo concedió, pero se ve que el nombre pegó y hasta hoy...
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