Tú misma me pediste
que de hablar te dejara,
que por favor tratara
de no pensar en ti.
Y hoy que guardo silencio
mi dignidad te enfada
y a todos les has dicho
que me olvidé de ti.
Si los rayos de luna contaran
las noches que paso
fijándome en ella
y pensando en ti.
Si las olas del mar te dijeran
las veces que he escrito
tu nombre en la arena
llorando por ti.
Si la brisa sutil recogiera
toda mi ternura
y al pasar junto a ti te la diera
por ser para ti.
¿Qué dirías de mí?
Que te quise como en este mundo
jamás se ha querido
y sufro el martirio de vivir sin ti.
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