domingo, 4 de febrero de 2018

Milagros de santos VIII: la Cámara Santa

Los templos de España están llenos de reliquias y relicarios, pero quizá uno de los lugares donde se acumula un mayor número de restos de santos es la Cámara Santa de Oviedo. Ahí los asturianos se precian de conservar las más importantes reliquias que había en la Hispania goda. Se ve que, nada más enterarse los visigodos de que los moros habían comenzado a invadir la península, se dispusieron a reunir todas las reliquias que tenían y juntarlas en Toledo. Según los invasores se dirigían más al norte, los cristianos decidieron meterlas en un arca y llevarlas más al norte, en concreto al monte Sacro, cerca de Oviedo y, más tarde, a la Cámara Santa, ahora parte de la catedral carbayona.


Pero bueno, todo esto es paja, una mera introducción para lo que realmente quiero contar y es que, entre la abultada nómina de reliquias ovetenses, hay dos que me flipan. Uno de ellos es nada menos que un frasquito con ¡leche de la virgen María! Vamos, ellos dicen que es eso, pero me pregunto cómo se podrá comprobar si realmente lo es. Además, aun suponiendo que lo fuera, en dos milenios y pico se habría evaporado, ¿no? Y el otro es nada menos que un poco de maná, la comida que, según la Biblia, envió Dios milagrosamente a los judíos para que no desfallecieran en su travesía del desierto.

¡Qué flipe! ¿No? Y, para terminar, os dejo con otra reflexión: ¿cómo se harían los religiosos visigóticos con esas supuestas reliquias?

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