Recuerdo que en mi adolescencia mi madre me regañó por tener unos cómics de Makoki. La verdad es que no le faltaba razón. Eran de la etapa Carulla.
Curiosamente, con la de cosas que he perdido, esos aún los conservo.
También recuerdo que, años más tarde, cuando empecé a coleccionar cómics más en serio, mi padre se partía con los de Álvarez Rabo. Curiosa, mi madre decidió leer alguna viñeta y casi le da un soponcio.
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