Eres la número uno.
Aún recuerdo cuando
te conseguí.
Me encanta mirarte:
ver tus curvas,
tu color ambarino, tu andar.
Me encanta
cabalgarte.
Entonces tú y yo
somos uno.
A veces pasamos por baches
pero tú amortiguas mis caídas.
Contigo me siento seguro en el camino.
Nunca te dejaré ni te cambiaré
por otra.
Solo temo que otro te robe.
Te quiero, Orbea
Sierra Nevada.
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