En esta entrada del blog voy a hablar brevemente sobre el segundo de ellos. Tras ver su documental sobre el holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial Shoah (1985), me llamaron la atención especialmente tres cosas: en primer lugar, el sagaz y sutil modo de conseguir información que tiene el Lanzmann, que deja hablar largo y tendido a los entrevistados y sólo tras dejarles explayarse y ganarse su respeto, lleva poco a poco la entrevista hacia donde él le interesa.
Y por último, me llama la atención, en alguien que va tan al fondo de las cuestiones, el doble rasero que usa el cineasta para juzgar a todo el pueblo polaco en general (al que acusa de colaborar con los nazis o, como mínimo, no hacer nada ante las injustas situaciones que contemplaban día tras día ante sus propios ojos) y a los propios judíos colaboracionistas, que eran los que servían como gancho para que los demás accedieran a las cámaras de gas, como varios de ellos mismos admiten frente a la cámara, y que son los que sobrevivieron y los que Lanzmann entrevista. Curiosamente, los presenta como héroes.
Ya el título de la película demuestra las dudas del propio Lanzmann, al calificar de injusto a Murmelstein. ¿Por qué dejó fuera estas esclarecedoras entrevistas? ¿No será que ponían demasiado en cuestión su tesis de que los judíos en ningún caso fueron colaboracionistas sino héroes? Aquí tengo, además, que decir que me resulta rarísimo el texto que aparece en la contraportada de la edición en DVD española de Avalon, en la que se habla de Murmelstein como de un salvador de judíos sin paliativos.
Esta reflexión la hago sin querer en ningún momento menospreciar las películas de Lanzmann y aun menos, su estilo de reflexionar con imágenes, arte del cual, como he dicho antes, creo que es un maestro. Quizá lo que pasa es que él mismo está tratando de reconstruir la memoria, la historia, y le honra el hecho de que decida, finalmente, hacer justicia al tema publicando estas entrevistas, aún cuando lo trata posiblemente de equilibrar mediante el añadido de largo metraje rodado en la actualidad con un Lanzmann ya anciano que presenta otros documentos leídos por él mismo que dejan clara la brutalidad de los métodos de los seguidores de Hitler, quizá tratando de lograr un balance que exculpe al "injusto" por la contraposición de crueldades mucho mayores por parte de los nazis.
En todo caso, al final me queda una pregunta: ¿Quién es en realidad el injusto o los injustos? ¿O acaso lo somos todos?
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