domingo, 23 de diciembre de 2012

Greatest Hits: Crónica de un concierto de Lobos Negros

La siguiente crónica, de un concierto de los mitiquísimos Lobos s Negros (grupo nacido en 1982 y que, aunque parezca increíble, aún sigue en activo a día de hoy) en la sala Clavicémbalo de Lugo el 26 de octubre de 2001, salió, a igual que la de Albert Pla, en la edición Noroeste de Mondo Sonoro de enero de 2002. Que la disfruten. Nota: las partes entre corchetes son añadidos actuales.

Los ya míticos Lobos Negros se presentaron en Lugo on una totalmente renovada formación, con la recuperación para la banda del batería que más tiempo duró en el grupo, Ricardo, y un nuevo bajista. Para los que no los conozcan, de los Lobos Negros podemos decir que se trata de uno de os grupos más veteranos de la escena del rockabilly nacional, que el grupo se formó hace más de quince años, tiene editados cuatro elepés y multitud de singles, maxis y olaboraciones en discos de varios artistas. Por si fuera poco, una tercera parte de sus discos se venden en el extranjero y sus primeras grabaciones fueron producidas a alimón por nada menos que Carlos Segarra y Kike Turmix.


Los de Talavera de a Reina hicieron el tipo de música al que nos tienen acostumbrados. Lo cierto es que su calidad musical deja bastante que desear pero su empeño e ilusión por tocar hace creer en el sueño punk de que cualquiera puede ser una estrella del rock. La frase promocional que utilizan en su merchandising ("Lo importante es seguir haciendo lo que nos gusta: rock'n'roll") lo dice todo.

El repertorio fue de lo más variado y reunió temas propios de las distintas épocas por las que ha pasado e grupo, además de numerosas versiones de variado pelaje, de los Trashmen a Violent Femmes, pasando por los Beatles, Johnny Burnette, Stray Cats, [Los Ilegales]...

Portada de la edición de Mondo Sonoro en la que apareció la presente crónica

El clímax: el momento del concierto (siempre lo hacen) en el que el guitarrista y único miembro fundador en activo, Luis, se pone un caso y [al ritmo del "Wipe Out" de The Surfaris] se empieza a subir por las mesas del local y el batería empieza a golpear las baquetas contra todo lo que encuentra a su paso: mesas, copas, la guitarra de Luis y hasta su casco. En definitiva, lo dicho, un espectáculo a la vieja usanza, lo más parecido a o que debían ser as reuniones en las que nació el rock allá por los años 50 en el corazón de Estados Unidos.

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