lunes, 2 de mayo de 2016

Recuerdo (ajeno): Mata a la Reme

La Reme era una profe hijaputa que teníamos en los Franciscanos. Nos pegaba... bueno, a mí y a mi hermano no, porque mis padres fueron a protestar ante la inusitada violencia de esta vieja cabrona, a lo que ella les respondió de malos modos, calificándolos de "apóstoles de la no-violencia". Con esto introduzco a uno de los personajes de esta verídica historia.

El otro es Jesús Valiña (di algo si lees esto), un alumno muy ingenioso, que siempre se estaba inventando letras guarras para las canciones de la tele.

Una vez presentados los personajes de la historia, lo que viene a continuación es un recuerdo, ajeno, pero recuerdo. Y lo de "ajeno" lo digo porque yo, no recuerdo por qué motivo, no pude ir a la excursión en la que sucedió lo que a renglón seguido os cuento.

Los más viejos del lugar recordarán un anuncio de salchichas Snakis que ponían en la tele cuando éramos pequeños, en el que, con la melodía de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak, cantaban "Cómprame Snakis, por favor mamá". Pues bien, Valiña le cambió la letra a la cancioncita por "Mata a la Reme, por favor mamá". Y, ni corto ni perezoso, se le ocurrió cantarla delante de ella en el autobús de la excursión, a lo que, como era de esperar, la zorra le contestó dándole un soplamocos de padre y muy señor mío. También es que ¿a quién se le ocurre?

Otra anécdota relacionada con esa pésima profesora sucedió muchos años más tarde, ya de mayores. La pareja de mi hermano iba a clase de pintura con ella. Mi hermano le comentó que había sido nuestra profe de pequeños y su novia siempre le decía: "Pues dile algo, que seguro que le hace ilusión". Mi hermano no estaba muy convencido de la idea, pero me imagino que pensó que después de tantos años nada malo podía pasar, pero nada más lejos de la realidad, porque la conversación fue más o menos tal que así:

- Hola, no sé si se acuerda de mí. Soy Miguel Martínez. Yo era su alumno.
- Pues debías de ser el típico del montón, porque yo solo me acuerdo de los muy buenos y de los muy malos, y de ti no me acuerdo.

¡Vaya profe!

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