sábado, 5 de marzo de 2016

Paseantes en ARCO

ARCO, la feria de arte contemporáneo, es uno de los eventos más importantes de Madrid. Parece que debería decir que "es uno de los eventos culturales más importantes de Madrid", pero realmente no sé si se puede hablar de cultura o en realidad habría que hacerlo de mercado.

Los móviles

Llegamos al recinto donde se desarrolla la feria rodeados de muchísima otra gente que se pone a hacer cola para comprar la entrada e indefectiblemente se quejan de lo caro que está, incluso uno, a voz en grito, decía: "¡Oiga, que yo soy un artista!". Intentamos infructuosamente un par de veces comprar entradas reutilizadas pero nos pilla uno de seguridad que nos hace sentir el ridículo de nuestras vidas. ¡Encima dos veces!

No vamos a negar que entre la fauna asistente al evento había una serie de gente que, por sus pintas, sus cámaras y sus blogs de dibujo, adivinamos que se trata de estudiantes de Bellas Artes, pero al público general se le ve mucho más normalito, el típico público dominguero que acude a esto como podría ir a misa y cumple con un deber, tranquiliza su conciencia, ha pagado su tributo al mundo del arte y ha cumplido hasta el año que viene. Me recuerda al público del festival de jazz de Lugo, que probablemente no acudiera a muchos eventos culturales más a lo largo del año.


La gente pasea sin ver nada concreto, sin aprender ni fijarse en nombres, galerías, precios, estilos o corrientes. Cumplen el ritual anual y tranquilizan sus conciencia.

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