martes, 16 de junio de 2015

Cuento sobre pedofilia

Ver a un señor de la mano de un niño y empezar a increparlo y llamar gritando a la policía: "¡Al pederasta, al pederasta!", sin saber si son amigos, familiares o, incluso, padre e hijo... bien pensado, esta idea no es tan descabellada. Podría darse el caso. Pero ¿cómo saberlo?

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