lunes, 2 de julio de 2012

Mini-crítica de "Portrait of Jennie"

Portrait of Jennie (Jennie, William Dieterle, 1948) era una de las películas favoritas de Luis Buñuel... y mías. Puedo entender por qué interesó al genio surrealista esta película de cine fantástico, que me recuerda un poco a una de las novelas favoritas del sordo de Calanda y de todo el grupo surrealista parisiense: Peter Ibbetson, de George du Maurier (también llevado a la pantalla por Henry Hattaway), e incluso a otra novela que no creo que le gustase por su sentimentalismo, pero a mí sí: Le grand Maulnes, de Alain-Fournier, dos ejemplos del amour fou que tanto gustaba a los surrelistas. Lo digo por ese nunca saber si la protagonista, la niña Jennie, es real o solamente un producto de la torturada mente del artista que encarna Joseph Cotten.

Esta segunda vez que la vi me quedé sobrecogido, aparte de por la bella y extraña melodía que canta el fantasma de Jennie cuando colegiala, por los bellísimos planos en los que Adams y Jennie patinan en el hielo con los rascacielos y el sol de fondo, planos cuya belleza no había captado la primera vez que vi la película, quizá por lo absorto que estaba en la trama de esta película de fantasmas, pues el argumento es tan sobrecogedor que uno no se para a observar en los detalles técnicos. Los cinematógrafos de la película, Joseph August y Lee Garmes, supieron captar a la perfección el ambiente frío, nevado y brumoso de Nueva York en invierno, lo que da a todo el filme un ambiente muy propicio para la historia de nebulosos espectros que se nos quiere contar. También en esta segunda visión me pude fijar más en los efectos que usa August en diferentes momentos de la película, en los que le imprime a la fotografía una textura que da la sensación de que estamos viendo un lienzo con movimiento, parte de unos muy notables efectos especiales por los que la película recibió un Oscar.

La primera vez que vi la película no me había fijado tampoco que la actriz que encarna a la monja preferida por Jennie en su colegio era la gran actriz del cine mudo Lillian Gish.

Quizá la única pega que para mí tiene esta obra maestra del cine fantástico, cargada de amor y romanticismo, es que el final se me hizo un poco lento las dos veces que la he visto.


Luis Buñuel dijo de esta película: "Me entusiasmó Portrait of Jennie, obra desconocida, misteriosa y poética. Declaré en alguna parte mi cariño a esta película y Selznick me escribió para darme las gracias".

El propio Dieterle afirmó 24 años después de rodar la cinta: "Me gusta esta película, pero pertenece tanto, sino más que a mí, a Selznick. Siempre trataba de hacerlo mejor que con Gone with the Wind. Yo había leído el tratamieno de Portrait of Jennie y le había convencido para que se atreviese a hacerlo, porque era algo diferente, un pequeño film intimista y romántico. Pero durante el rodaje empezó a añadir kilómetros de diálogos, luego convirtió la tempestad en un huracán...".

El crítico y artista griego amigo de Buñuel Ado Kyrou afirmó a propósito de esta película: "¿Hay algo más exaltante que la victoria del amor sobre la muerte y el tiempo, victoria muy realista y sin embargo envuelta en un misterio deslumbrante" y la colocaba en la categoría de Peter Ibbetson (que conste que el autor de este blog no sabía esta relación que hacía Kyrou cuando escribió la mini-crítica de arriba).

El crítico Jacques Lourcelles dijo de ella: "El film tiene su lugar entre los grandes sueños románticos de Hollywood. Lo que lo hace único es su visión de una Nueva York invernal y onírica, lugar privilegiado de los primeros encuentros entre dos personajes que viven cada uno en una dimensión temporal diferente. La fotografía es una de las más bellas del cine americano. Consigue maravillosamente dar fuerza pictórica y oética, matiz fascinante, a este extraño idilio en el que el poder del arte, más aún que el del amor, triunfa sobre el tiempo, sus ilusiones y sus trampas".


El crítico Hervé Dumont, en su libro William Dieterle. Antifascismo y compromiso romántico (1994), escribió sobre ella: "Con Portrait of Jennie, nuestro cineasta entrega su obra más notable -y la más conocida- de posguerra, pero también la de rodaje más agotador, por no decir de pesadilla. Esta cima del onirismo en el cine (...) requerirá dos años de trabajo y determinará la suerte de Selznick International.". Sobre el relato de Robert Nathan aparecido en 1940 en el que está basado, lo califica de "extraño y frágil" y afirma: "la magia, el fatalismo y la melancolía de esta historia seducen a Dieterle". Sobre la película aseguró: "Junto con The Ghost and Mrs. Muir (J.L. Mankiewicz, 1947), que la precede, y Pandora and the Flying Dutchman (Albert Lewin, 1950), que la sigue, Portrat of Jennie forma la cumbre insuperada de una corriente de películas de fantasmas, inmensamente popular después de la guerra".

"Dieterle y August", continúa Dumont, "rehusan acudir a los efectos truculentos del cine de terror o a contrastes violentos de claroscuro (...) y August recurre a su antiguo material de los años 10. Juntos, proceden a largos experimentos a fin de acentuar la delicada puesta de lo fantástico, con pinturas sobre cristal, efectos de filtro y contraluz, así como con la luz del norte. Desarrollan un estilo de iluminación "impresionista" que mantiene pequeñas manchas de luz junto a zonas de penumbra en un mismo plano, y usan también blancos y grises velados, creando así una atmósfera de extrañeza, que acaban de completar unos encudres extremadamente estudiados y las tonalidades fascinantes de la música de Debussy".

"Portrait of Jennie tiene la singularidad de ofrecerse como un rompecabezas espacio-temporal cuyos temas recurrentes son el arte -símbolo de eternidad-, pero también el viento y el mar -símbolos de destrucción-. Las imágenes de Dieterle aportan a este cuento, que podría ser frío y académico, una dimensión apasionada, hecha de calidez, angustia, sufrimiento y, finalmente, serenidad. Al parecer solamente en los instantes de desesperación, jennie aporta la inspiración artística y recibe el amor. Esos momentos mágicos en su sencillez compensan ampliamente de toda la verborrea seudometafísica que enmarca y lastra a veces el relato", dice Dumont.

El crítico español Carlos Aguilar la valora así en su edición de 2009 de la Guía del cine: "Extraña y sugestiva realización sobre el retrato de una chica que parece no existir (...). Permanece como toda una curiosidad dentro de la grisácea carrera de Dieterle, y cuenta con un esplándido cuarteto de actores".

El equipo coordinado por Leonard Maltin para su Movie Guide (2011) le da tres estrellas sobre un máximo de cuatro y la califica así: "Strange otherwordly girl inspires penniless artist. David O. Selznik craftsmanship and a fine cast work wonders with foolish story based on the Robert Nathan novella".

Ficha en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt0040705/
Ficha en filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film104497.html

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