sábado, 30 de marzo de 2013

"Los amantes pasajeros": algo así como una crítica

Acabo de ver Los amantes pasajeros y me pongo a escribir sobre ella así, en caliente, casi sin pensar, porque si me pongo a pensar ya no lo hago. Recuerdo que cuando empecé a escribir este blog me había propuesto escribir, aunque fuera un poco, sobre todas las películas que veía, pero luego la búsqueda de una supuesta calidad y una actitud perfeccionista y dura conmigo mismo por mi parte me han llevado a no hacerlo con la regularidad que me había propuesto. Pero ahora mi reciente decisión de escribir de un modo casi automático me obliga a escribir no ya sobre todas las películas que vea, sino sobre todas las actividades culturales a las que acuda o, aun mejor, sobre todo aquello que me pasa.


Tenía pensado esperar a que mi amigo Óscar se animara a ir conmigo a ver la película, pero el hombre no parecía estar mucho por la labor, así que al final me he decidido a ir hoy, tras estar todo el día estudiando en casa para mi curso de fotografía y arreglando mi Orbea. Acudir a los cines Yelmo Ideal de Madrid me traía buenos y malos recuerdos por las experiencias de las últimas veces que había ido a estos cines: un buen recuerdo de cuando fui a ver Libre te quiero de Basilio Martín Patino en sesión matinal acompañado por Julius Richard y un mal recuerdo de cuando fui a ver Drive por tercera vez acompañado de alguien cuyo nombre no voy a mencionar. Esto me ha hecho pensar en que estará a punto de estrenarse la nueva película del director danés Nicolas Winding Refn. Mientras subía por las escaleras del cine, he visto un anuncio de la nueva película de Álex de la Iglesia y me he acordado de que tengo una entrevista pendiente con este director, que me prometió contestar a mis preguntas. Se la debo, queridos lectores, y espero que esté lista en breve; lo que pasa es que no sé muy bien qué preguntarle.

Antes de la película vemos dos anuncios impresentables de Bankia en los que nos vienen a decir que hacen borrón y cuenta nueva. ¿A qué? ¿A la corrupción? ¿Al hecho de invertir en la obra social para a partir de ahora tan solo forrarse? Me pregunto si este anuncio sale antes de todas las películas de los cines Yelmo o tan solo antes de la de Almodóvar. En cualquier caso es una ironía, pues uno de los principales temas de Los amantes pasajeros es la corrupción rampante en España. En un momento de la cinta, el piloto del avión abre un periódico en el que, cómo no, se habla de corrupción, y aparece una lista de los diez casos de corrupción más escandalosos de España. Cómo no. Bankia aparecía en el primer lugar.


Tras los anuncios me impresionan unos brillantes títulos de crédito, que me entero de que están realizados por el estudio Mariscal (la verdad es que a veces dan en el clavo, pese a que el director de la empresa es un petulante estúpido; supongo que una cosa no está reñida con la otra) y con una apabullante versión cumbia del "Para Elisa" de Beethoven a cargo del grupo peruano de los 60 Los Destellos. La verdad es que Almodóvar tiene un talento especial para elegir canciones para sus bandas sonoras (como Tarantino) y a mí me ha dado a conocer a algunos de los que ahora son mis artistas favoritos, como La Lupe o Bola de Nieve.

La trama se basa en varias historias cruzadas, un poco a lo Mujeres al borde de un ataque de nervios, pero sin llegar a la cantidad de cruces de ésta. Parece como que Almodóvar quisiese hacerse una especie de homenaje a sí mismo, sobre todo en la escena en la que al personaje que encarga Paz Vega se le cae el móvil en el cesto de la bici de Ruth, y la verdad es que funciona.


Aparte del ya mencionado de la corrupción, otro de los temas fundamentales de la película es el uso y abuso por parte de todos los personajes de drogas y alcohol. Ignoro si Almodóvar quiso hacer una crítica al sistema o simplemente mostrar una realidad, pero a mí me hizo pensar (¡qué raro!) en la teoría de una de mis pensadoras favoritas actuales, Beatriz Preciado, según la cual estamos en la sociedad fármaco-pornográfica. Y de pornografía también hay bastante en la película.

Como siempre en el caso de Almodóvar, la dirección de actores, así como la decoración (no sé cómo se dice en términos cinematográficos, ¿atrezzo?) están cuidadísimas. No hay mucho que decir en este aspecto. Lo que sí destacan es unos diálogos con momentos desternillantes, sobre todo los que tienen los azafatos entre sí y con los pilotos. Quizá ahí esté el gran acierto de la cinta.


En definitiva, es una película entretenida, pero que me ha dejado con un poco de mal sabor de boca, que seguro que es lo que el director trataba de conseguir.

Los títulos de cierre también estaban bien pero no me he quedado a verla entera, porque me aburren los títulos de crédito. Años ha a veces me quedaba a buscar el título de alguna canción, pero desde que descubrí las bases de datos cinematográficas on-line, eso lo hago en casa.

Me dirijo a casa en este tiempo ya casi primaveral de Madrid un poco tristón, no sé si ha tenido algo que ver en esto la película.

1 comentario:

  1. Me encanta Jesús, eso es una crónica ubicada en un contexto. Cada vez odio más esas críticas asépticas como sacadas de laboratorio. Muy acertado lo de Bankia. Enhorabuena!

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