martes, 25 de julio de 2017

Me gusta el arte pero no los artistas

Los que me seguís sabéis que los artistas, sobre todo Michael Haneke, son mi bestias negras. ¿Por qué me meto tanto con ellos? Porque todo el tiempo se están quejando de lo mal que está el mundo, de lo injusto que es porque los artistas no pueden vivir de su arte. ¡Ah! ¿Que del ego tan solo no se vive? A los artistas no se les debería hacer homenajes, dedicar monumentos o calles. Al fin y al cabo, no hacen su arte por donar nada al pueblo sino por agrandar su ego.

Por cierto, que  el otro día en el Reina Sofía por fin descubrí para qué son las salas de los museos de arte contemporáneo en las que ponen pelis en bucle. Pa área de descanso y pa mirar el móvil. Ah, si hay algún artista contemporáneo entre el público, le doy un consejo: independientemente de la disciplina a la que te dediques, si quieres que te dediquen una expo en un museo chuli enrollao, haz también audiovisuales (rueda cualquier chorrada, no importa lo que sea), para que los del museo puedan dejar una salita en la que proyectar tu peliculilla en bucle. Ahora se lleva mucho porque da mucho empaque y viste mucho cualquier expo, sea del tipo que sea.

Y es que los artistas son seres tocados por los dioses o, como dirían los comentaristas deportivos, "hechos de una pasta especial". Los artistas modernos enrolladillos y supuestamente comprometidos e izquierdistas dicen que es necesaria una nueva estética para una nueva sociedad... o, dicho de otro modo, que los artistas son la punta de lanza de una nueva moral. Pues si estos niños de papá son los que nos han de guiar... ¡estamos aviados!

- ¿Por qué los artistas tienen columna vertebral?

- Porque sino se la estarían chupando todo el rato.

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