martes, 12 de diciembre de 2017

Más milagros de santos: la Almudena

Sigamos hablando de milagros de santos. ¡Es que son de traca! Son una fuente inagotable de material para monólogos de humor y lo mejor es que el humorista no tiene que tener fantasía ni imaginación, le basta con documentarse.

¿Os parece arte visigótico?

Hoy vamos a hablar del milagro de la Almudena de Madrid. Resulta que, según la tradición, cuando los moros estaban a punto de llegar (a principios del siglo VIII), los visigodos escondieron todas las estatuas de santos, supongo que con la esperanza de pronto volver y sacar las imágenes de sus escondites. Una de estas estatuas era la de la virgen María y se escondió en Madrid. Solo una familia era la encargada de recordar el lugar exacto en que estaba. Como sabéis, la estancia de los moriscos en la península no fue precisamente breve. La cuestión es que (vuelvo a decir que todo esto es según la leyenda), tras la reconquista de Madrid (1085), los cristianos empezaron a buscar como locos la estatua detrás de todos los muros de la ciudad, que debió quedar como un queso de Gruyère. De la familia solo quedaba una tal María, pero fue de poca ayuda. Pero, milagrosamente, la encontraron (o eso dijeron)... Y tan milagrosamente, como que fue durante el paso de una procesión. La procesión iba pasando al lado de la antigua muralla árabe, de la que todavía se conservan las partes que no horadaron los esforzados buscadores de estatuas ni los posteriores especuladores, y por arte de magia en ese mismo momento se derrumbó un lienzo de la muralla y ahí apareció la estatua, rodeada de velas ¡¡¡QUE ESTABAN TODAVÍA ARDIENDO!!! Justo al lado estaba la iglesia de la Almudena, mejor dicho la mezquita reconvertida en iglesia (luego derribada y en cuyo lugar está ahora la catedral). Hoy día, en el muro lateral de la catedral, hay una inscripción que todos podéis ver y que dice que en ese lugar exacto estaba el antiguo tramo de muralla islámica donde se encontró la famosa estatua y ahí mismo se encuentra una escultura de la virgen de la Almudena. Lo que no explica el letrero es si es la misma, pero cualquiera con un mínimo conocimiento de historia del arte puede deducir que la estatua que ahí está no pertenece a la época visigótica.

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