martes, 1 de septiembre de 2015

Entrevista con Alberto García-Alix

Sufrí una especie revelación la primera vez que vi una foto de Alberto García-Alix, al igual que a él le ocurriera al ver una de August Sander. Hasta entonces la fotografía no me decía gran cosa. Se me presentó la oportunidad de entrevistarle y, por supuesto, no lo dudé. Este es el resultado.

"Siempre uso las tapias de mi barrio como fondo: la mía es una puesta en escena pobre"



- Me da la sensación de que con tu fotografía lo que haces es desnudarte ante el público.

- Yo no me desnudo por nadie, nunca. El desnudo del cuerpo no es el desnudo del alma. Me desnudo con la palabra, con el guión de De donde no se vuelve, no con la imagen. La imagen es más una máscara o el espejo de la máscara.

- ¿Tienes necesidad de expresarte o de comunicarte con los espectadores?

- Nunca pienso en ellos, pero, de alguna manera, ellos son un espejo, que me muestran si encontré un camino para expresar mis emociones o emociones comunes.

- Tus retratos (en los que a menudo, para mostrar una personalidad, en vez del rostro muestras otro aspecto de su persona, ropa...) llegan a la esencia del retratado. ¿Cómo lo haces?

- No lo sé, pero pienso que un retrato no es sólo el rostro, sino algo que nos pertenece y que sólo es nuestro, algo que nos desvela lo que quiere expresar la foto. La fotografía es un camino de búsqueda. Toda la magia empieza cuando miras por la cámara. No antes... para mí, claro. Desde ese punto de partida, buscas lo que te interesa. La virtud está en la mirada, para mirar a los demás, a uno mismo, al entorno. No sé lo que voy a hacer ni tengo nada preparado, sólo la cámara. El ejercicio del hecho fotográfico empieza cuando miro por el visor. A partir de ahí, se producen un montón de resonancias y reverberancias, de tipo técnico y metafísico.


- Como sabes, otra de mis fotógrafas favoritas es Ouka Leele, que utiliza mucho la puesta en escena, mientras que da la sensación de que tú apuestas por el minimalismo. Además, da la sensación de que reflejabais las dos caras de la movida madrileña: ella el claro y tú el oscuro.

- Lo mío era lo oscuro. Es todo al revés, pero así es mi vida. No veo aquellas fotos oscuras, al contrario, las veo llenas de hedonismo, del placer de vivir. Yo no fotografié la movida. No tenía esa conciencia. Si no, nunca lo haría. Yo solo tenía mi pequeño entorno. Nunca salí de noche. Miguel Trillo y Pablo Pérez Mínguez sí hicieron un trabajo de documentación de aquel tiempo. Mi problema entonces es que no era consciente, no tenía consciencia del hecho fotográfico, eso lo tuve más tarde. Yo era totalmente virgen. La primera vez que vi una exposición en mi vida fue una de August Sander y me quedé noqueado. Por primera vez vi algo que intuía que era el poder de la mirada. Me dejó tocado. Ya nunca nada volvió a ser lo mismo.

- A mí me pasó eso con tu trabajo.

- En cuanto a lo que dices de la puesta en escena, yo siempre he trabajado con las tapias de mi barrio como fondo, pero eso también es una puesta en escena. Desde el momento en que estás aislando algo, ya hay puesta en escena. Lo único que la mía es una puesta en escena pobre.

- Tus fotos reflejan que vives al límite.

- "La vida al límite", sabe Dios lo que es eso, tío. Eso son tonterías.


- Siempre que te he visto participar en una mesa redonda te muestras muy vehemente y confrontacional. ¿Es que no respetas los puntos de vista de tus compañeros?

- Sí, hombre, por favor... lo que pasa es que no soy tonto y veo lo que veo. Por ejemplo, lo que pone en el libro que editó la Fundación Telefónica sobre Virxilio Vieitez, de que era un gran iluminador y todo eso es para echarse a reír. ¿Por qué la necesidad de ser políticamente correctos, de no ser francos? No miento, a lo mejor me equivoco.

- Últimamente te estás centrado bastante en el medio audiovisual.

-  Sí, últimamente he hecho un vídeo para el Reina Sofía y eotro para una exposición en París. Para mí es importante que partan de un guion, de un texto.

- Y ayudaste a tu hermano Carlos con El honor de las injurias.

- Fui yo el que ideó la película. Carlos hizo la investigación. Iba a dirigirla yo, lo que pasa es que no nos entendimos (entre hermanos es normal) porque teníamos distintas formas de ver la historia, así que me salí del proyecto. Yo soy muy desordenado, hubiera desordenado la película. Carlos es un gran narrador y tenía sus ideas, lo cual es muy loable.

- ¿Qué proyectos tienes? Creo que hay pocos libros que recopilen tu obra. ¿Vas a hacer alguno más?

- Me encanta hacer libros, tengo pensado hacer uno nuevo sobre el proyecto que he presentado en la Maison Européenne de la Photographie en París. En cuanto al número de libros, hay unos doce: mejores, peores...

Fotos de Jesús de la Vega. Asistente: Carlos Escolano.

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